Este escrito
tiene un gran valor sentimental para mi. Una tarde muy desapacible, viento,
lluvia, frío, de un mes de noviembre de hace varios años, decidí sentarme a
escribir sin ninguna idea en concreto. Puse la música de Richard Clayderman, y
decidí escribir sobre lo que me trasmitía la música en ese día, quise poner
palabras a las emociones que me trasmitía, y así lo hice. Dejé volar la
imaginación y este es el resultado.
Pero no quedaron ahí las cosas, unos días más tarde se lo leí a una persona muy especial y querida para mí, alguien a quien adopté como mi abuela o una segunda madre.
Ella ya era mayor, se había quedado viuda muy joven. El último día de guerra mataron a su esposo.
Le gustaba mucho que le leyese mis escritos. Cuando terminé de leerlo, tenía
los ojos arrasados de lágrimas y una sonrisa dulce en sus labios, una expresión
que nunca olvidaré. Y me dijo: " ¡Como eres, has escrito mi
historia!", yo me quedé perpleja, pues nunca lo había pensado, ni
imaginado, que ella se sintiese protagonista de esta historia salida al azar,
al ritmo de la música. Pero ella se sintió reflejada en esa historia. "Me
gusta mucho", me dijo, por eso está dedicada a ella.
Va para ti, mamina Pepa.
Pero no quedaron ahí las cosas, unos días más tarde se lo leí a una persona muy especial y querida para mí, alguien a quien adopté como mi abuela o una segunda madre.
Ella ya era mayor, se había quedado viuda muy joven. El último día de guerra mataron a su esposo.
Va para ti, mamina Pepa.
"EL ULTIMO ADIOS"
Te busco y no te encuentro
Te busco y no te encuentro
¿dónde estás amor?
¡Cuánto te busqué, pero no encontré!
¿Dónde fuiste amor?, sin decir adiós.
Pero cuando te encuentre...
bailaremos los dos
juntaremos nuestras manos,
enlazaremos nuestros cuerpos,
lloraremos la pérdida
de aquel nuestro amor.
Jamás podré olvidar
aquella última vez.
No llores por mí amor mío,
yo no lloraré por ti.
El destino quiso separarnos,
por eso coge con fuerza el timón
y parte a tierras del más allá
y en el éxodo de lo infinito,
en la inmensidad
coge con fuerza el timón amor
no llores más.
Gobierna tu embarcación
nada tiene importancia ya.
El mas allá, está aquí.
¡Levántate!
¡Cuánto te busqué, pero no encontré!
¿Dónde fuiste amor?, sin decir adiós.
Pero cuando te encuentre...
bailaremos los dos
juntaremos nuestras manos,
enlazaremos nuestros cuerpos,
lloraremos la pérdida
de aquel nuestro amor.
Jamás podré olvidar
aquella última vez.
No llores por mí amor mío,
yo no lloraré por ti.
El destino quiso separarnos,
por eso coge con fuerza el timón
y parte a tierras del más allá
y en el éxodo de lo infinito,
en la inmensidad
coge con fuerza el timón amor
no llores más.
Gobierna tu embarcación
nada tiene importancia ya.
El mas allá, está aquí.
¡Levántate!
Acuérdate...
Tú me enseñaste a soñar,
a reír...
¡Levántate!, es tu vida
que en juego está.
Amigo coge el timón
gobierna tu embarcación
no puedes volverte atrás
tarde es ya
por eso lucha
y triunfal vivirás.
Amor, mi amor
¿Cómo te perdí?
pero nada importa ya
¿tu eres feliz?
Como una barcarola
navegando un día y otro día
soñaré que un día fui feliz
pero aquel día lejano ya
no volverá.
Pero... en esta tarde azul y gris
sueño...
Estás feliz.
Allá, en la lejanía, sonríes
¿por qué?
tal vez llega a tu mente
el susurro de esta melancolía.
Amor,
quisiera hablarte de mí.
Amor, se me escapa de las manos
esta vida en gris.
Con el tiempo
también aprendí a reír
y fui...medio feliz.
Las sienes se pusieron ya en gris,
los cabellos son plateados,
las tardes apacibles
como mi vida.
La pupilas de mis ojos
no brillan ya.
Amigo, coge con fuerza el timón
no pierdas tu embarcación.
Tras la ventana,
diviso el parque,
que bonito es pasear
sin volver la vista atrás.
¿por qué llorar?
¿por qué sufrir?
si nada tiene importancia ya.
Amigo, coge con fuerza el timón,
has de ser feliz.
En el estanque
las aguas están turbulentas
como mi mente.
Sobre el puente de estas aguas turbulentas
contemplo el claro de luna
amigo, coge con fuerza el timón
no se quiebre tu embarcación.
Como yo te he amado
¡ay amor!
nadie te amó.
Pero llegó el momento
de decirte adiós.
Siento cansado el motor de mi embarcación.
No llores por mí, amor
ya no lloraré por ti.
Mi vida entera
te la dediqué a ti
mi amor.
Como barcarola perdida
en las turbulentas aguas
fue mi vida.
Lo siento amor
todo terminó.
Tú me enseñaste a soñar,
a reír...
¡Levántate!, es tu vida
que en juego está.
Amigo coge el timón
gobierna tu embarcación
no puedes volverte atrás
tarde es ya
por eso lucha
y triunfal vivirás.
Amor, mi amor
¿Cómo te perdí?
pero nada importa ya
¿tu eres feliz?
Como una barcarola
navegando un día y otro día
soñaré que un día fui feliz
pero aquel día lejano ya
no volverá.
Pero... en esta tarde azul y gris
sueño...
Estás feliz.
Allá, en la lejanía, sonríes
¿por qué?
tal vez llega a tu mente
el susurro de esta melancolía.
Amor,
quisiera hablarte de mí.
Amor, se me escapa de las manos
esta vida en gris.
Con el tiempo
también aprendí a reír
y fui...medio feliz.
Las sienes se pusieron ya en gris,
los cabellos son plateados,
las tardes apacibles
como mi vida.
La pupilas de mis ojos
no brillan ya.
Amigo, coge con fuerza el timón
no pierdas tu embarcación.
Tras la ventana,
diviso el parque,
que bonito es pasear
sin volver la vista atrás.
¿por qué llorar?
¿por qué sufrir?
si nada tiene importancia ya.
Amigo, coge con fuerza el timón,
has de ser feliz.
En el estanque
las aguas están turbulentas
como mi mente.
Sobre el puente de estas aguas turbulentas
contemplo el claro de luna
amigo, coge con fuerza el timón
no se quiebre tu embarcación.
Como yo te he amado
¡ay amor!
nadie te amó.
Pero llegó el momento
de decirte adiós.
Siento cansado el motor de mi embarcación.
No llores por mí, amor
ya no lloraré por ti.
Mi vida entera
te la dediqué a ti
mi amor.
Como barcarola perdida
en las turbulentas aguas
fue mi vida.
Lo siento amor
todo terminó.
Gilda Ruiloba.