Cantabria, bella entre las bellas eres.
Es tal tu hermosura que hasta el sol te envidia.
Tus incomparables paisajes son el mejor de los sedantes.
Las gentes que te contemplan
no pueden evitar su asombro ante tu virginal belleza.
Tus campos siempre verdes cual la esmeralda.
Tan benévola como rica eres.
A tus hombres y mujeres
orgullosos todos de ser cántabros
tu cuerpo gentil ofreces
Todos con mimo te tratan
pues saben que sus cosechas
serán prueba factible de tu generosidad.
Tus playas envidia de todo el litoral son.
Tus aguas, bravas como tus hombres
nos recuerdan aquéllos héroes
que tan ferozmente lucharon por su libertad.
Por tu inigualable belleza
siempre fuiste musa de poetas.
Tus montañas nevadas
se confunden con el firmamento
como si con el Padre Eterno estuvieras de concejo.
Tus bosques tan frondosos
hogar de tu fauna son.
Tus entrañas abiertas tienes
que hogar de cántabros
en la prehistoria fue.
Pero ellos también generosos y agradecidos
su dote legaron en ti
y hoy, orgullo del mundo eres.
Cantabria, dulzosa, cuna de emigrantes
que por querer engrandecerte
han de pasar por la gran prueba de abandonarte.
Sufriendo así este gran desencanto.
Mas contigo sueñan, día tras día
hora tras hora y allá...lejos en otras tierras
piensan en su definitivo regreso.
Porque Cantabria, vivir sin ti, solo es medio vivir.
Gilda Ruiloba.