jueves, 13 de julio de 2023

 




Gran obra de carpintería en el Valle de Carriedo (Convento de La Canal)


 HISTORIA DEL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA

       Recientemente leyendo los padrones en el Catastro del Marqués de la Ensenada recopilados por el investigador nacido en Guarnizo en el año 1891 D. Tomás Maza Solano, me sorprendía a mí misma pensando: “Como han cambiado los oficios con el paso de los años. El 10 de octubre de 1749 Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de Ensenada y ministro de Hacienda desde 1743, consiguió un Real Decreto para poner en marcha uno de sus más deseados proyectos, el conocido como Catastro del Marqués de la Ensenada. Con motivo de modernizar y hacer más eficaz el cobro de impuestos se hace un catastro muy ambicioso y trabajoso para todo el reino de Castilla. A través de él se conocerá la economía real de los diferentes lugares y serán los propios vecinos quienes detallen en una declaración sus propiedades, casas, fincas, animales y rentas, así como sus oficios y otros ingresos que pudieran tener. El Catastro de la Ensenada constaba de un cuestionario de 40 preguntas que debían ser contestadas por los vecinos. Este trabajo hoy en día es la base de la investigación de como era y funcionaban nuestra tierra y nuestros ancestros en el pasado, para muchos historiadores y amantes de nuestra historia. Aquí podemos obtener mucha información ya que a la vez que se hizo el catastro se confeccionaron otros documentos de gran interés como, nobleza, hidalguía, profesiones y oficios y otros datos. Así podemos encontrar que figuran en dicho catastro la Jurisdicción de los Montes de Pas bajo el nombre de “Partido de Castilla la Vieja, en Laredo”, se lee en el tomo correspondiente a la “Villa de San Roque de Rumiera”.

     En diciembre de 1750 se imprimió el Real Decreto que posteriormente se remitió a todos los pueblos para que cada vecino, viuda, habitante o morador, pusiera en poder de la justicia del lugar un Memorial arreglado al interrogatorio que se puso en letras de molde. La menor ocultación que se hiciese en ese Memorial se penaba con 200 ducados, la mitad para la Real Hacienda y la otra mitad para el denunciante, además de proceder contra el ocultador con mayor castigo conforme a las leyes.

     Actualmente se guardan 1047 volúmenes del Catastro del Marqués de la Ensenada sobre Cantabria. En el incendio de Santander de 1941 se quemaron en el Archivo de la Delegación de Hacienda 156 volúmenes del Catastro de la Ensenada correspondientes a varios pueblos de la provincia.

     Cada valle tiene su peculiaridad en los oficios de sus habitantes, así en el valle de Carriedo eran numerosos los labradores y varios vecinos los que estaban ausentes en Andalucía, Indias, y Madrid. Había cantero, cerrajero, tornero, administrador de tabaco, el Correo de a caballo de S.M., de quien hemos hablado recientemente, el labrador y boticario a la vez, o la beata de velo blanco y el pobre de solemnidad que pertenecía al estado noble, podemos observar que al lado de algunos nombres está escrita la palabra “pasiego” para diferenciarlos del resto de los vecinos.

     En el valle de Cayón también podemos encontrar un gran número de labradores y canteros, carpinteros y labradores, conjuntamente o como diríamos hoy: “mixtos”, tampoco podía faltar el notario y labrador, el sangrador y barbero, el sastre y labrador, el herrero y labrador, el abogado, el escribano, el tratante en vinos, el médico asalariado, el tendero, el maestro de niños, el zapatero y el estudiante. Llama la atención que tanto en el valle de Carriedo como en el de Cayón, en el censo aparecen como nobles e hidalgos, con los privilegios que esto conllevaba, pues entre otras muchas cosas, estaban exentos de pagar ciertos impuestos. Igualmente, los que estaban ausentes en Indias, Andalucía o Madrid, los inscribía la familia, pues el que no constaba en el Padrón como noble o hidalgo lo que garantizaba la “limpieza de sangre”, después tenían que pleitear en la Real Chancillería de Valladolid.

    

 

Coro donde oraban las religiosas en el Convento de La Canal, magestuosa obra de carpintería.