domingo, 23 de agosto de 2020













FERIAS DE AÑO EN LA CUENCA DEL PISUEÑA

     Si gran fama y reconocimiento tuvieron las ferias de año en la cuenca del Pas, las del Pisueña no fueron menos. Así podemos encontrar que en el año 1828 el rey Fernando VII concede al lugar de Selaya en la provincia de Santander el privilegio para celebrar una feria en los días 24 a 29 de junio de cada año, al mismo tiempo lo hace para continuar con el mercado que se celebraba todos los domingos.
     Estas ferias y mercados gozaban de gran afluencia de gentes y ganados por la proximidad con las villas de Vega de Pas, San Pedro del Romeral, San Roque de Riomiera y los valles de Carriedo, Toranzo, Luena, Cayón y Penagos.
     Estas comarcas dependían mayoritariamente del ganado por ser su mayor fuente de riqueza. Se dice que eran los más ricos de la provincia en vacuno y mular. También sus transacciones en ganado de cerda eran muy importantes y numerosas.
     En estas reuniones de compra y venta en Selaya se trataba en trigo, maíz, cuerdas, sogas y maromas y telas de algodón. En varios papeles y documentos antiguos se indica que se comercializaba en salmón y demás pescados escabechados y secos.
     Actualmente sigue celebrándose un mercado semanal los domingos, aunque nada tiene que ver con el esplendor y bullicio del pasado.
     Otra feria de gran prestigio y popularidad fue la de Saro en el valle de Carriedo, tenemos constancia que ya se celebraba en el año 1826. Esta era anual y se llamaba de “Las Candelas” se celebraba los días 2 a 17 de febrero, pero se da el caso de que algunos años y por culpa de la climatología hubo de aplazarse. Uno de estos retrasos se produjo en 1845 y se pide licencia para poder alargarla hasta el día 20 y lo mismo sucede en el año 1847 que a causa de una gran nevada se prorroga hasta el día 22.
     Encontramos en el periódico “EL ECO DE CARRIEDO” Nº4 de fecha 17 de febrero del año 1895 información sobre este evento, en el que narra el vecino  “El Cotano” que esta se ha venido a menos, que para ferias las que se hacían 50 años antes a las que acudían ganaderos de Salamanca, León y Castilla y hasta más allá de Torrelavega y en las que los comercios se llenaban de compradores y había bailes, juegos y cantes y todo. En este artículo se dice que en el pueblo vivían hombres de pro y había un capellán de guanizantes que era neto y campechano de verdad y no negaba un “napoleón” a ningún vecino. Había jóvenes como castillos y arrogantes que bailaban con castañuelas y se daban palizas de verdad y no las moscas de hoy en día, que algunos parecen canutos de hojalata. En el baile tocaba Colás el violín y su consorte Guillermina zarandeaba las panderetas. En el ferial había una mesuca chica, pero algo sucia para cobrar la alcabala (antiguo tributo o impuesto). Al frente de un figón (taberna de baja categoría) estaba la gitana de Tezanos que no traía malas cosas. Para los señores tenía “anisao” y ginebra, con buena comida. Nos cuenta que hacía 50 años iba a pescar a Toranzo y “Carandá” y que de cada bardal salía un salmón y se cogía un cuévano de truchas en una “bocaná”.


domingo, 9 de agosto de 2020


       











FERIAS DE AÑO EN LA CUENCA DEL PAS

     Siguiendo con la importancia que tuvieron las ferias a orillas del Pas y Pisueña, hoy hablaré de las del valle de Toranzo donde podemos encontrar la de Nuestra Señora del Carmen en San Martín de Toranzo. El gobernador civil de Santander solicitó el real permiso para celebrar una feria en dicho pueblo los días 14, 15 y 16 de julio y se autorizó en el año 1834 para celebrarse por primera vez en 1835. En este mercado, además de ganado también se comercializaba en linos, cáñamos y maíz.
       Encontramos una reseña en el B.O.S. número 153 del año 1868 que dice lo siguiente: “ El local destinado a ferial es sin género alguno de duda uno de los más pintorescos y agradables de La Montaña, poblado de arbolado y próximo al río Pas, y a pocos metros de la carretera de Santander a Burgos; ofrece cuantas comodidades puedan apetecerse y de fijo el feriante no echará de menos fondas donde hallar bueno y económico servicio, así como cuanto necesite para el ganado que compre y conduzca. Santiurde de Toranzo, 21 de junio de 1868”.
     En San Vicente de Toranzo se celebraba la feria de San Vicente Mártir los días 22, 23 y 24 de enero. Tenemos datos, creemos que de su comienzo, en el año 1900. En sus primeras andaduras no se cobraba “arbitrio” alguno y se facilitaba a los ganaderos de otras localidades gratuitamente alimentos para así hacer propaganda de dicho evento y ¿qué mejor manera que el boca a boca de la gratuidad de dicha concentración ganadera además del abastecimiento de ricos alimentos? El señor gobernador civil de la provincia en sus inicios solía hacer donaciones para premios, así encontramos una anotación de una donación de 100 pesetas, destinando 50 para el mejor semental de raza del país y 50 a la mejor vaca de dicha raza. Lo mismo hacía el Ayuntamiento adjudicando otros premios iguales al mejor semental y a la mejor novilla de raza extranjera o mixta.
     Las ferias solían estar muy concurridas presentándose excelente ganado en las que sobresalían los sementales suizos y tudancos. Las transacciones podían superar las 300 reses.
     Otra feria importante en el Real Valle de Toranzo era la de San Andrés de Luena, en el año 1829 a petición del Consejo y Real provisión librada a su virtud, se servía el rey Fernando VII de España llamado “el Deseado” y el rey “Felón”, conceder licencia y facultad para la celebración de una feria en los días 15, 16 y 17 de agosto de cada año la cual debía celebrarse por primera vez en el año 1830.
      De gran importancia y popularidad era la de “El Ángel” en Vargas.  Tras la solicitud para celebrar dicho evento “Su Majestad, la reina gobernadora María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, madre de Isabel II, concede gracia para celebrar durante tres días por Real Orden del día 22 de junio de 1837 la denominada feria de “El Ángel” que comienza a celebrarse los días 1, 2 y 3 de marzo de 1838 en el lugar de Vargas, Real Valle de Toranzo y hoy Ayuntamiento de Puente Viesgo.  Como anécdota contaré que en el año 1841 se trasladó por el mal tiempo a los días 19, 20 y 21 de marzo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              




martes, 4 de agosto de 2020



















  “EL HASTÍO DE LOS ESPAÑOLES”

     Día a día se agrava la crisis de la COVID-19, cada vez son más los nuevos contagiados. Los ciudadanos hartos del encierro de la cuarentena y con el verano que no ayuda a la reclusión, en una cultura como es la española de reuniones con los amigos alrededor de una taza de café o compartiendo unas cervezas mientras se intercambian risas y novedades, se sienten impotentes. Todo esto ha sido un golpe para los más jóvenes, que incrédulos por la falta de imágenes de la gravedad de la pandemia, se lo toman a broma y creen que no va con ellos, que solo es cosa de los viejos, se sienten a salvo en esa especie de burbuja que les produce la fantasía de la ignorancia. Con frecuencia se reúnen en torno al botellón, no guardan distancias ni utilizan las mascarillas. El coronavirus se frota las manos ante unas victimas seguras, que le harán introducirse en el seno de sus familias mas resguardadas a sus ansiados propósitos de destrucción y muerte.
     Mucho se habla del origen de esta pandemia, las autoridades nos dicen que viene de los murciélagos, pero hay científicos que aseguran que ha sido creado en un laboratorio, lo cierto es que nunca se sabrá a ciencia cierta. 
     La OMS nos dice que tendremos que aprender a vivir con el coronavirus porque no se va a ir nunca, y con esta realidad conviven desde hace varios meses los españoles.
     Hartos y hastiados de la situación en el país contemplan además de los nuevos brotes, otros brotes que nada tienen que ver con la enfermedad, pero que son igual de peligrosos para el bienestar social. En una España golpeada por los frecuentes escándalos de quienes debieran brindarla, los ciudadanos se sienten humillados, engañados y robados ya no en sus arcas, que también, en la confianza tantas veces ultrajada por esos políticos sin escrúpulos que ningunean la buena fe de un pueblo que le queda muy grande a sus gobernantes.
     Este país mil veces se ha levantado de la adversidad, con frecuencia lo han robado y humillado, pese a ello, ha seguido luchando, trabajando, para conseguir las comodidades y el bienestar que ahora disfrutamos. Durante generaciones ha sido así, por ello, cada vez que quienes están en el poder nos defraudan, un dolor muy grande mezclado con el cabreo y la impotencia invade a una sociedad que cada vez está más cansada de curar las heridas que le producen aquellos que debieran estar para protegerles.
                            Gilda Ruiloba.