domingo, 15 de agosto de 2021

 




APIA SÁNCHEZ DE MIRANDA

     Muchas han sido las personas que salieron de nuestra tierra para procurarse un mejor modo de vida, un gran número de ellas alcanzaron gran fama y prestigio triunfando en aquello que emprendían. Este es el caso de Serapia Sánchez de Miranda a quien hoy quiero hacer un pequeño homenaje. Nació en el año 1924 en Penagos. Ya cuando vino al mundo escogieron para ella un nombre que en un futuro definiría su personalidad. Serapia fue una antigua divinidad egipcia que significa “hija del sol”, por otro lado, es el nombre genérico de origen griego que se otorga a una orquídea con forma de corazón. Estos dos conceptos encajaban muy bien con nuestra protagonista de hoy, ya que fue una mujer que destacó por su gran belleza al igual que las orquídeas, y brilló con luz propia como si de la hija del sol se tratase.

      Siendo joven se va a Roma donde conoce a su esposo. Como buena artista que fue en el mundo de las letras toma el seudónimo de Apia. Tal vez como abreviatura de su nombre, o como algo más artístico y pomposo como era tomarlo de la vía Apia, que fue la reina de las grandes calzadas romanas y que se convirtió en el símbolo de la república trayendo consigo estabilidad, paz y libertad al Imperio.

    Al contraer matrimonio fija su residencia en Roma. Apia Sánchez de Miranda triunfa en el arte de las letras y son varios e importantes los premios que recibe. Por su primer volumen “Finestra sul Orizonte” ya premiado en Roma, el Ateneo de Santander le otorga la Placa acreditativa como “Personalidad Montañesa” del año 1978. Recibe además en Roma el Premio de la Presidencia del Consejo de Ministros por su colaboración en la Cultura.

     Varias son las obras en poesía y prosa de la autora entre las que podemos encontrar en la primera: Finestra sull´orizzonte, Genuflexión, La Puerta Mágica, Senderos de Amor, El manantial de los Pájaros.

     En narrativa: Más allá del Bosque encantado, Surcando las Rutas del Misterio, El Amor vence la Muerte, Vida de un Amor santificante.

     Apia describe su poesía como voz arcana del alma, como sentimiento indescriptible de los momentos vividos del poeta, como voz silenciosa y palpitante de nuestra sangre.

     Yo conocí a nuestra escritora y poeta de hoy, el ocho de septiembre de mil novecientos ochenta y seis en la presentación de su libro de poesía “La Puerta Mágica” en el Palacio de la Magdalena en Santander. Recuerdo su gran belleza y extraordinario parecido con Gina Lollobrigida.

      Este poemario de “La puerta mágica” de la historia, a través de la cual pasa el amor, el dolor, la alegría o el llanto, las esperanzas y las desilusiones. Soñando con los ojos abiertos, o viviendo horas dramáticas.

      En estos poemas habla mucho de   Cantabria, otros se los dedica a su madre, a su padre, también a su hermana María que fue soprano, a sus amores…

     Para finalizar este pequeño homenaje a la gran escritora nacida en Penagos, donde vivió hasta su juventud y que visitó asiduamente su tierra, adorando contemplar ese mar Cantábrico a quien le dedicó varios poemas, entre ellos: “Mar de mi Cantabria”.

      Quiero ofreceros este hermoso poema:

“MADRIGAL”

¡Amor; amor sublime que tu donar sabías,

Sin pálpito y sin brazos, amor sin melodías,

De aquel amor hermoso que te ofreció Clarisa,

¡Menospreciaste todo hasta una rosa pura!

 

¡En aquel prado inmenso cuajado de vergeles,

De mil colores eran las flores entre el verde,

Ameno paraíso de árboles y ríos,

¡Poemas de aquella ave que tu soñaste un día!

 

¡Un alba con destellos sonaban los violines,

Conciertos deliciosos áureos atardeceres,

Tú no escuchaste nunca ni ritmo ni armonía,

 

 

Del manantial hermoso el agua no bebías,

Sin sed tú no podías gustar viva frescura,

¡De aquel cáliz precioso evaporo la linfa!