EL CHOCOLATE EN VALLES
PASIEGOS
Al Ayuntamiento de Santa María de Cayón,
más concretamente a uno de sus pueblos, La Penilla, se le conoce en todo el
mundo por su fábrica Nestlé, que entre otras cosas produce chocolate. Pero no
fue la primera factoría de este exquisito producto que hubo en la mancomunidad
de Valles Pasiegos, ya que la primera estuvo situada en el pueblo de Llerana de
Saro. Ahí se hacía un delicioso chocolate llamado “La Chocolatera”. Esta
fábrica con el tiempo desapareció, pero aún podemos observar su edificio en el
centro del pueblo, junto al río y al precioso puente de cuatro ojos. Este
producto trajo a estos valles riqueza, aunque también tengo que contar una
anécdota sobre un cargamento de cacao que llegó hace muchos años a la fábrica
de La Penilla y según contaban nuestros mayores, uno de estos cargamentos llegó
apolillado y se extendió la polilla por todo el valle, y hoy es el día en que
aún no se ha erradicado por completo y los vecinos tienen que cambiar los
muebles y maderas con relativa frecuencia.
Se
dice que el chocolate se elaboró por primera vez en España y en Europa, en la provincia
de Zaragoza ya que unos monjes cistercienses que viajaban en la expedición de
Hernán Cortés lo hicieron llegar en 1.534 al abad del Monasterio de Piedra. El
secreto de su elaboración lo guardan celosamente.
Este alimento se obtiene mezclando azúcar
con los derivados de las semillas del cacao: masa de cacao y manteca de cacao y
es a partir de esta combinación que se fabricarán los diferentes tipos de
chocolate, mezclando proporcionalmente con otros productos como la leche,
colorante o frutos secos. Desde la antigüedad se consume, las primeras noticias
que se tienen del uso del cacao se remontan a la cultura Makoya de México que
dejaron huella de bebidas de chocolate que datan de 1.900 antes de Cristo. Los mayas
y aztecas también disfrutaron de esta bebida que hacían moliendo las habas del
cacao a las que añadían agua y especias, hierbas y guindillas. Al chocolate lo
llamaron “Theobroma” que significa alimento de los dioses. Este producto llegó
a ser para los mayas y aztecas objeto de culto. Y entre reyes de la cultura
mixteca era habitual compartir esta bebida. La semilla del árbol del cacao
forma una especie de vaina o mazorca de 10 a 35 centímetros de largo que
cuelgan de las ramas y en cuyo interior hay 30 o 40 granos y son amargas. El
chocolate tenía gran importancia en estas culturas, tanto es así, que los
mexicas premiaban a sus mejores guerreros otorgándoles el derecho a consumirlo
libremente. El cacao también fue utilizado como moneda de cambio y se utilizaba
para pagar el tributo en las culturas prehispánicas. Cuando Hernán Cortés llegó
al continente en 1.519 y probó estas bebidas que elaboraban los mayas y aztecas
dijo: “Cuando uno lo bebe, puede viajar toda una jornada sin cansarse y sin
tener necesidad de alimentarse “.