domingo, 19 de enero de 2020



















                FABRICANDO HERRAMIENTAS
                EN VALLES PASIEGOS

    Al desaparecer las ganaderías también desaparece otro oficio que estaba íntimamente ligado a ellas, como es la fabricación de herramientas y útiles para el trabajo. En Valles Pasiegos debido a su aislamiento, ya que las cabañas estaban muy dispersas, así como a la precariedad económica, los ganaderos se las ingeniaban para construir sus propios instrumentos con los materiales que tenían a su alcance, pero también es cierto, que no todos poseían la habilidad para hacer estos utensilios de manera correcta y con facilidad. Muchos de estos artesanos en sus ratos libres se dedicaban a su fabricación y más tarde vendían en las ferias o mercados; en el barrio de San Antonio en La Abadilla de Cayón, posteriormente en el barrio de Sarón (tras su traslado), Solares, Orejo, Selaya, Vega de Pas, en las ferias de San Lucas en Hoznayo, cualquier lugar era bueno para dar salida a sus mercancías. Muchos eran también los encargos que los vecinos les hacían. Este es el caso de Neluco, un ganadero que vivía en las montañas de Valles Pasiegos. Él había aprendido de su padre y este del suyo, el oficio de hacer utensilios para el trabajo y con ello se sacaban un sobresueldo que tanta falta les hacía.
     Según me contaba el bueno de Nelo, la mejor época para cortar la madera es en la menguante de enero, y no todas las herramientas llevan la misma. Los rastrillos tienen que ser de fresno, pero este, no sirve para hacer muebles porque no tiene vetas, según sus palabras.
      A estos árboles también se les conoce en muchos lugares como “el árbol de la buena suerte” esto dicen las creencias antiguas. Es perfecto para dar sombra por su denso follaje y su gran tamaño, de ahí que en muchos prados existan para dar cobijo al ganado en los días de fuertes calores. Es un árbol de hoja caduca y ya en época romana era empleado para la construcción de alambradas y tapias por la calidad de su madera. Si está bien conservado puede vivir entre 80 y 100 años. También cuenta con propiedades medicinales. Según mi amigo Neluco, él hace los rastrillos de fresno, fabrica los “pinos” en bruto y los va mojando para meterlos en los agujeros que previamente ha hecho, “que estén bien prietos” y ya después les da la forma. El mango también se puede hacer de fresno, pero a él le gusta más hacerlos de palo de avellano porque es muy ligero y fino, para no lijarse las manos.
     Igualmente, hace rodillos para sacar el abono con madera de haya, alisa o castaño, al que da la forma casi triangular, aunque redondeada, y también le pone el mango de avellano y lo “empina” bien, para que no se salga. Así mismo los hace para dalles, el asta ha de ser de fresno, la manguía corva de haya y la manguía derecha de fresno. Y no olvidarse de las “empinas” para que no se salga. El dalle se lo tiene que poner el herrero.
     Neluco, hace cebillas de todos los tamaños, para los diferentes ganados, estas sirven para amarrar a los animales como si de un collar de madera se tratase. Se hacen con madera de fresno porque es más flexible a la hora de doblarla, hay que cortarle y antes de ocho días trabajarle, (domarle), porque si se tarda más la madera no dobla. Tiene que ser verde. Dependiendo del grosor del fresno se divide en varios trozos. En la parte del centro de la cebilla, se hace más fino, para que sea más fácil doblarla (domarla) después se amarra para que no se endereche. Y más tarde se le mete en los agujeros, que previamente se han hecho en ambos extremos, la llavija o llave, que se hace con un trozo de avellano o de fresno, generalmente de avellano porque a la hora de trabajarlo es más blando. Se debe de tener entre quince o veinte días para que seque. Neluco también hace mangos para azadas, azadillos, hachas y todo tipo de herramientas para el campo,  así como los famosos palos de avellano para arrear el ganado o para los tratantes, ya que es uno de sus símbolos, junto con el blusón.
     Pero este ganadero fabricante de herramientas o artesano, no solamente hace útiles para el trabajo, también prepara cabrios o vigas de madera para cabañas, si se los encargan. Utiliza el castaño o roble, después de pelarlos y labrarlos conviene dejarlos dos meses a secar para que “asiente” un poco.
     El bueno de Nelo, me dice, que en algunas ocasiones también ha hecho cuévanos niñeros para sus hijos y nietos, así como para diferentes encargos, y que también se llama cuévana o canastra. Pero de los cuévanos y canastras hablaremos en otra ocasión.