domingo, 12 de julio de 2020









SE ACERCAN TIEMPOS DIFÍCILES

     Tras las primeras salidas después de 99 días de confinamiento, nos damos cuenta que los problemas no han finalizado con el aislamiento. Hemos tomado nuevamente las calles, playas, bares, todos estamos ansiosos de recuperar nuestras vidas de siempre. En nuestras salidas nos cruzamos con otros ciudadanos y los observamos con detenimiento, unos llevan mascarilla, otros no, unos guardan las distancias de seguridad, otros por el contrario no lo hacen. Y nos preguntamos ¿Es que acaso no hemos aprendido nada? Los días de encierro han sido muy duros. Nuestros cuerpos y mentes se han resentido, la falta de vitamina D es muy común entre nosotros después del largo confinamiento, pero tal parece que muchos quieren que volvamos a él. No respetan las normas poniendo en peligro al resto. Los brotes están surgiendo nuevamente y cuando acabe el periodo estival se incrementarán según los entendidos.
     Se avecinan tiempos muy difíciles y las dudas e inseguridades nos hacen sentir vulnerables. No sabemos a ciencia cierta que va a pasar con la pandemia si remitirá o no. No sabemos que va a pasar con miles de trabajadores y sus puestos de trabajo, si los recuperarán nuevamente o desaparecerán. Los autónomos están nerviosos y asustados, los ganaderos se sienten utilizados e infravalorados, después de solucionar el problema a millones de hogares durante la pandemia en la que gracias a ellos nuestras neveras estuvieron llenas de productos lácteos y alimentos frescos también por parte de los agricultores. Ahora nos encontramos con que sus productos se venden por debajo del precio de producción sin ningún rubor por parte de quienes deberían velar por el justo precio.
     Además de todos estos problemas tenemos otro muy grande. Muchas familias siguen en ERTE, otras están en el paro, muchos hogares no tienen lo suficiente para poder subsistir, pero ya se nos anuncian las subidas de impuestos.
      Muchas personas han fallecido, se habla de datos de más de 48.000, aunque estoy convencida de que nunca vamos a saber la verdad. Con el fallecimiento de tantos seres queridos que en su mayoría han sido nuestros mayores, esos que tanto lucharon para construir sus casas y sus patrimonios ayudados por sus hijos, pues ahora nos encontramos también que esa herencia que han dejado atrás, las autoridades de turno pretenden grabar con más impuestos, dicen que para que todas las autonomías sean iguales, pero no se les ocurre que la igualdad también se puede hacer a la inversa, que las que más paguen se beneficien pagando menos. Se da el caso de que muchos hijos han ayudado a sus padres para construir sus propiedades por las que ahora pretenden hacerles pagar nuevamente. El patrimonio se paga ya, todos los años se recauda el IBI, en las compraventas se pagan todos los impuestos, pero por lo que se ve no les parece suficiente, todo es poco. Mucha gente se ha visto en los últimos años abocada a renunciar a la herencia de su familia que por derecho le corresponde, pero ante la brutal ambición de los políticos vía impuestos de sucesiones ve con perplejidad como su patrimonio acaba en manos de los fondos buitres. Atrás queda el esfuerzo de toda una familia pasando necesidades para poder comprar unos bienes y que en muchas ocasiones se van a ver obligados a renunciar a ellos por no poder pagar los excesivos impuestos. Cuando esto pasa algo no funciona bien en nuestro sistema.
     Esa gran empresa, la mayor de España que son los políticos, debieran mirarse al ombligo y pensar que detrás de sus decisiones hay muchas familias que pueden sufrir y a las que van a mandar a la miseria. Tanto el Banco de España como los Empresarios le han dicho al gobierno que no es momento de subir impuestos, los españoles están en una situación difícil y de incertidumbre. Les han aconsejado que mejor recorten en gastos innecesarios. Creo que deben de escuchar, no seguir con su ruta anterior a la pandemia porque ya nada es igual que antes.
                                                                     Gilda Ruiloba.















LA IMPORTANCIA DE LAS FERIAS DE AÑO EN VALLES PASIEGOS


     Cantabria ha sido una provincia en la que la mayoría de sus habitantes subsistían con la ganadería, especialmente en las orillas del Pas y Pisueña. Por ello la necesidad de los ganaderos de vender y dar a conocer sus animales. Esto llevó a la celebración de las ferias de ganado.
      Antiguamente se celebraban numerosas ferias de año en estas comarcas, duraban varios días, y en ellas además de la exposición de los animales, se hacían concursos y daban premios a los mejores ejemplares. Había premios en metálico, se otorgaban trofeos, diplomas, aperos de trabajo, “pastores eléctricos”, rastrillas, cepillos, pieles, azadones, entre muchos otros útiles de trabajo. A estas ferias acudían compradores de las zonas cercanas, así como de otras provincias limítrofes, e incluso de Madrid. En estas concentraciones se podía encontrar ganado vacuno de todas las razas, tudanca, pardo-alpina, charolés, mestiza, carreña…, también acudían ganaderos con sus caballos de monte, asnos, bueyes, mulas e incluso aves de corral, así como vacuno de pasto. En muchas ocasiones bajaban de los puertos. En estas ferias de año también había puestos de venta de diferentes artículos de labranza. Las pasiegas llevaban en sus cuévanos los quesos de cabra, oveja y vaca, así como las afamadas mantequillas tan artísticamente trabajadas, exponiendo toda su mercancía con gran perspicacia sobre hojas de parra y juncos, dando a sus productos mayor vistosidad y deseo de compra.
     Estos mercados movían mucha gente, y con ello las Fondas y puestos de alimentos y bebidas hacían el agosto. Entre todos estos actos también había romerías y no faltaban los bolos como entretenimiento, al igual que diferentes juegos.
     Estas ferias de año vienen de muy antiguo, podemos conocer la del pueblo de La Vega de Pas, que tras su solicitud a través de la Diputación provincial a la reina Isabel II, conocida también como “la de los Tristes Destinos” o “ la Reina Castiza”, es concedido el  real permiso al Ayuntamiento para celebrar dos ferias anuales en los días 15, 16 y 17 de los meses de septiembre y noviembre y así lo comunica el Excmo. Sr. Ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas con fecha 23 de septiembre del año 1849 e igualmente, se pone en conocimiento al Ministerio de Hacienda y se escribe en el “Boletín Oficial”  en Santander a 5 de diciembre de 1849.
     También podemos conocer que en Entrambasmestas se celebraban los días 10 y 28 de cada mes, en la plaza del pueblo, situada cerca de la iglesia parroquial.
     En Villasevil de Toranzo tenemos conocimiento que se celebraba ya en el año 1772 la llamada feria de San Marcos, los días 25, 26 y 27 de abril y gozaba de gran fama y reconocimiento entre los ganaderos. Tenía varios premios a los mejores ejemplares de cada categoría, y quienes quisieran participar y optar a ellos, deberían inscribirse entre los días 25 y 27 en la “caseta de puntos”. También se celebraba una feria-mercado mensual.