domingo, 8 de marzo de 2020


                    









          FERRERÍAS Y FRAGUAS

       Otro oficio prácticamente desaparecido en Cantabria son las ferrerías y fraguas. En el Valle de Cayón y debido a la cercanía de la mina de hierro de Cabárceno, situada en el municipio de Penagos, hubo numerosas ferrerías. Esta mina ya se trabajaba en tiempos de los romanos, su hierro era de gran calidad y durante esta época fue muy importante. Se explotó hasta el año 1989 ya que en estos últimos años era poco rentable y tras dos milenios de producción, el Gobierno de Cantabria por iniciativa del entonces presidente Don Juan Hormaechea Cazón, lo convirtió en un zoo, parque al aire libre llamado “Parque de la Naturaleza de Cabárceno” y es reconocido por su belleza por todos los rincones del mundo, con la riqueza que esto conlleva para nuestra tierra a través del turismo.
     En la Edad Media florecen en Cantabria y especialmente en el Valle de Cayón las ferrerías hidráulicas, teniendo las actividades más importantes en el siglo XV y XVI, la presencia del río Pisueña que era muy propicio para el funcionamiento de los muelles y martillos en las ferrerías y los frondosos bosques de la zona que producían la leña necesaria para hacer el carbón vegetal, con el que fundir el hierro. Desde el siglo XV las ferrerías fueron muy numerosas, así en el valle de Cayón las hubo en La Abadilla, Santa María, Bascoña, Lloreda, Argomilla y San Román. Otra ferrería de gran importancia se encontraba en el Ayuntamiento cercano de Saro, en el pueblo de Llerana.
     En el siglo XVII La Corona emprende un gran periodo armamentístico y se restringe el aprovechamiento de las masas forestales en las zonas de Cayón, Carriedo, Penagos, Trasmiera, San Roque de Riomiera, Ruesga, Soba, Toranzo, Villaescusa, Castañeda, Piélagos, que estaban destinados a abastecer las reales fábricas de cañones de Liérganes y La Cavada. Con lo cual se cierran muchas ferrerías existentes y que tanta riqueza estaban dando y esto lleva a la ruina de numerosas familias. Por otro lado, está la deforestación que sufrían nuestros bosques debido al surtimiento de los Astilleros de Guarnizo para la construcción naval. En el año 1245 los frondosos bosques de robles, castaños, hayas y encinas del monte de Carceña, situado en los municipios de Santa María de Cayón, Castañeda y Villaescusa fueron empleados para la construcción de la flota naval que intervino en la conquista de Sevilla. Como anécdota diré que en el escudo de Santander aparecen la Torre del Oro sevillana y las naves que dirigían los marineros cántabros a las órdenes del almirante Ramón de Bonifaz y Camargo en el año 1248 durante el reinado del Rey Fernando III de Castilla, cortando las cadenas sobre el río Guadalquivir que unían Sevilla con Triana y es por este motivo de haberse empleado las maderas de la provincia para construir dichos navíos.
     Las fraguas eran otras instalaciones relacionadas con el hierro, pertenecían a los concejos y a su vez eran arrendadas a los herreros para la fabricación y reparación de útiles para el trabajo, azadas, hachas, martillos