domingo, 27 de noviembre de 2022

 



















AQUILINO GÓMEZ LASTRA                                                                                                                                  

     Nuestro protagonista de hoy fue un meracho que nació en Linto, localidad del municipio cántabro de Miera. Vino al mundo en el año 1902. A la edad de veintiocho años se fue a México reclamado por su hermano mayor Venancio Gómez que ya había probado fortuna con muy buenos resultados. Su hermano, hombre generoso como la mayoría de los indianos que hacen fortuna, mandó construir las escuelas de Linto y el cementerio de Miera que se pagaron con su aportación. Aquilino partió a las Américas con esa ilusión y fuerza que la juventud le daba.

     En México primero fue empleado, pero como buen meracho terminó siendo un acaudalado empresario. Se casó con Carmen Gómez nacida en esta ciudad, hija de merachos que también se instalaron en Distrito Federal, su padre político era el conocido empresario D. Venancio Gómez Acebo. La boda fue todo un acontecimiento, la novia estaba deslumbrante con un precioso y elegante vestido que denotaba su clase social.

     La vida le sonrió a Aquilino, tanto en sus negocios como en su vida privada. Se vio bendecido con el nacimiento de sus hijos; Ángel, Bernardo Aquilino, José Antonio y María Catalina.

     Viajaron a España en el mes de junio de 1952 recorriendo de norte a sur los lugares más hermosos e históricos, estuvieron en Granada visitando la Alhambra, allí vistieron a sus hijos con la moda y vestimenta nazarí, y ante una mesa típica sacaron preciosas fotografías que inmortalizaron el momento. Sin duda serían un valioso recuerdo cuando regresaran a México. 

     En su pueblo natal de Miera estuvieron hasta el mes de diciembre,  pasaron momentos inolvidables con su gente, reuniones familiares, con amigos, pero quien sin duda disfrutó enormemente con esta visita fue la abuela, con esa complicidad que existe entre abuelos y nietos y el regreso del hijo ausente.

     La agenda de nuestro protagonista de hoy estaba completa, hicieron una visita obligada que todo buen meracho no puede pasar por alto, a su iglesia de Santa María de Miera, conocida también como la “catedral de Miera” por su belleza y grandiosidad. Visitaron a su patrona y como mandaba la tradición, como todos los indianos sacaron a la Virgen alrededor de la iglesia, pues esta era una costumbre muy arraigada. Los indianos cumplían también con el hábito de donar una buena cantidad económica para la conservación y mejora del templo. Y para finalizar, no podían faltar las fotografías de toda la familia junto a la Virgen. Tanto era el cariño que Aquilino sentía por su tierra y su patrona de Miera, que en sus deseos siempre estuvo que sus hijos hiciesen la Primera Comunión en dicho lugar, y así lo cumplió con su hijo mayor Ángel. Entre los invitados estaba su sobrina, la mexicana Gloria Sotomayor que viajó con ellos.

     Otro sueño que cumplió Aquilino fue la jura de bandera y para ello se acercó junto a su esposa al cuartel de la Guardia Civil de Liérganes donde cumplió su deseo, honrar a su bandera.

    Tras unas maravillosas vacaciones con los suyos y después de seis maravillosos meses para toda la familia llegó el momento de regresar a su casa de México donde les esperaba la familia de Carmen. Primeramente Aquilino pensó viajar a bordo del "Magallanes" o el "Comillas", pero a última hora decidió irse en avión y envió el coche en un transatlántico. Se dirigieron a Madrid y allí cogerían el avión que haría la ruta Madrid-Habana. En el Tetramotor DC-4 matrícula CVT-397 con el nombre de “Estrella de Oriente” tomarían el vuelo 33 pasajeros y 8 tripulantes, de ellos 14 serían de nacionalidad española. La esposa de Aquilino, Carmen y sus hijos tenían nacionalidad mexicana. Pilotaba el avión uno de los más prestigiosos y experimentados pilotos de la aerolínea, el capitán Luis Sastre junto con el comandante René Ayala. Hicieron escala en el aeropuerto Hamilton en las Azores (Bermudas) el 6 de diciembre de 1952 tomando nuevamente el vuelo a las 16:40 horas. Poco después de despegar, una explosión obligó al piloto hacer un amaraje forzoso y cayeron al mar en aguas de las Bermudas. Al caer el tetramotor al agua después de la explosión, una gran mancha de aceite en llamas cubriría el lugar dificultando así el salvamento. De los 41 tripulantes y pasajeros solo se salvarían 6 de los que sobrevivieron 4, entre ellos la sobrina mexicana, la joven Gloria Sotomayor. Todos los españoles fallecieron al igual que la familia de Aquilino. A los fallecidos de nuestra tierra se les enviaría por vía aérea a España.

     Fue un dolor inmenso para todas las familias, pero muy especialmente para la de nuestro protagonista de hoy, pues todos los miembros de la familia Gómez y Gómez fallecieron, los padres y sus cuatro niños. A los diez años de su fallecimiento el padre de Carmen seguía recordando con una misa en la Parroquia de San Hipólito en Zarco y Avda. Hidalgo en México a su amada familia.


Parte de la información y fotografías han sido facilitadas por la familia Abascal Gómez, previa investigación de Carmen Toraya. Gilda Ruiloba ha obtenido información de varios medios de comunicación de la época, entre ellos la noticia  publicada en El Diario Montañés el miércoles 10 de diciembre de 1952 y de diversos archivos personales.

 

    

 


jueves, 24 de noviembre de 2022









DIME, ¿POR QUÉ ME TRATAS ASÍ?

Dime ¿Por qué?
¿Por qué me tratas así?
Me jurabas amor,
Me acariciabas,
Me besabas,
Y hoy me golpeas
Sin compasión.

Dime,
¿Por qué Me obligas a bajar la mirada?
Me controlas,
Cambias mi todo
Para anular mi yo.
Anulas mi voluntad.


Dime,
 ¿Por qué crees que te provoco?
Cuando yo te amo.
Me castigas, me pegas,
Y crees que esto es lo normal
Cuando yo te amo.

Niegas tu verdad:
Yo no he hecho nada,
Me acusan de algo que no es cierto,
Pero como voy a hacer yo eso
Me dices.

Dime,
¿Por qué no reconoces tu culpa?
Dices que exagero,
Que no es para tanto,
Que solo me insultaste,
Que son peleas como las de cualquier matrimonio


Y yo me lo creo,
Y te disculpo,
Y tengo dependencia de ti.
Porque me has hecho creer
Que sin ti no soy nada
Que soy una inútil
Que no sirvo parara nada

Y vuelves,
Y me desprestigias,
Y me dices: Sin mí, no eres nadie.
Eres muy descuidada,
Mira como tienes la casa
No hay quien te aguante,
Estás loca.

Y vuelves a golpearme,
Me tiras al suelo,
Me pateas.
Dime, ¿Por qué lo haces?
¿Por qué me haces esto?
Y después, cuando se te pasa,
Me pides perdón;
Tuve un arrebato
No pretendía hacerte daño.
Solo quería asustarte para que me obedecieras.
Y me traes flores
Y me pides perdón.

Y yo te creo,
Y te perdono
Porque necesito creerte
Porque tú eres mi mundo
Porque tengo miedo y estoy sola.

Dime, ¿por qué?
¿Por qué me haces esto?
Me dices cuando te arrepientes
Que eres víctima de tu padre
Porque también pegaba a tu madre
Y lloras al recordarlo.
Y tú sigues sus pautas.
Y me pegas,
Y me pateas.

Y yo vuelvo a perdonarte
Y esto se convierte en una espiral de dolor,
De sufrimiento.
Y me anulas.
Y me desprecias.
Y me odias.

Dime, ¿Por qué?
¿Por qué me haces esto?
Y sigo fingiendo.
Y sigo pensando que no pasa nada.
Porque tengo miedo,
Porque temo tus represalias si pido ayuda.

Y ahora me sobresalto
Y adopto una postura defensiva
Cuando alguien me toca inesperadamente.
Porque tengo miedo.
Oculto mi cuello bajando la barbilla
En un movimiento rápido y automático
Porque tengo miedo.

Me he vuelto sumisa,
Evito el contacto visual
Mantengo la mirada baja
Porque tengo miedo.

Has hecho que crea
Que no valgo nada,
Que soy incapaz,
Que no puedo realizar tareas
Relativamente sencillas.
Has destrozado mi autoestima.

Estoy cansada,
No duermo,
Mi respiración es acelerada,
Mis músculos se vuelven rígidos.
Me he vuelto desconfiada,
Porque tengo miedo.

¿Por qué me haces esto?
Me he vuelto maestra del camuflaje
Y el maquillaje
Para ocultar las magulladuras
Y moratones.
Uso mangas largas
Y ropas sin escote.
Asumo todas las culpas
Porque no quiero sufrir más.

Retraso mi llegada a casa
Tomando el camino más largo
O alargando conversaciones
Con mis amigos
Porque no quiero llegar a casa
Porque tengo miedo
Porque allí estás tú
Porque no sé qué humor tendrás hoy.
Y yo tengo miedo.

Siento vergüenza
De no entender bien las cosas.
La sola idea de preguntar,
Me ruboriza.
Porque me siento sin autoestima
Y tengo miedo.

Porque tú fuiste cruel
Y yo cobarde.
Porque podré maquillar mi cara
Pero jamás mi corazón.

                                       Gilda Ruiloba.






domingo, 13 de noviembre de 2022

 



TORCUATO RUILOBA Y RUILOBA

     Hoy quiero hablar de este importante empresario cayonés nacido en Santa María de Cayón y que tuvo sus orígenes como todos los Ruiloba en tierras de Alfoz de Lloredo, concretamente, en Novales. Descendiente de una saga familiar relacionada con la piel y el calzado

      Torcuato Ruiloba y Ruiloba nº11 del Ayuntamiento de Santa María de Cayón, partió como voluntario a Cuba en el reemplazo de 1883 y seguramente, viendo las grandes oportunidades que la Isla ofrecía decide emprender allí sus negocios. En 1899 podemos encontrar en La Vanguardia una noticia que dice:” Para dedicarse al comercio de peletería y sus anexos se ha construido en Cienfuegos una sociedad en Comandita bajo la razón social de Ruiloba y Compañía, de la que son socios D. Torcuato Ruiloba, D. Serapio Obregón Cuesta (de Cayón), D. José Estua Mariña (gallego) y comanditario D. Aquilino Velasco Razañano.  José Estua Mariña natural de Villaronte, además de director consiguió al igual que Torcuato una gran fortuna y en el año 1924 fue diputado provincial.

     La “Casa Ruiloba y Compañía” se especializó en la fabricación de guantes para chóferes y campesinos que cortaban caña de azúcar, entre otras cosas.

     Así se describía a la empresa: Ruiloba y Comp., S. en C. Almacén Importador de peletería, Talabartería y Pieles. Calles D´Clouet y Santa Elena Nos. 82, 84 y 86.- Cienfuegos. Gerentes: Torcuato Ruiloba e Inocencio Ansola, Comanditarios: Serapio Obregón y José Estua, Industriales: Indalecio Vázquez, Antonio Setién. “La Casa de Novedades” de Ruiloba y Compañía, S. en C. es la más importante de toda la República en importación y venta de calzado de todas clases. Tiene comprador constante en los Estados Unidos de América y siete viajantes por toda la Isla. Es la única receptora de las afamadas y garantizadas capas de agua “Mundial”, “Rey Ruiloba”, “Cuba y España” y “Viajante”.

     Las marcas registradas a favor de Ruiloba y Compañía, S. en C., son las siguientes: Fidelity, Mundial, Obregón, Actualidad, Boy Scout, Cuba y España, La Giralda, Adelaida, Milady, Odalisca, Dorinda, Cubanita, Rey Ruiloba, Viajante, Veraniego, Siete Suelas.

      En el año 1918 un grupo de hombres muy acaudalados y poderosos decide construir un Club Náutico “Cienfuegos Yacht Club” sería la sede de una sociedad muy exclusiva deportiva. Para ello le comprarían a Torcuato Ruiloba dos hectáreas de terreno y se construiría un palacete de estilo ecléctico cubano, dicha mansión la realizó el arquitecto Pablo Donato Carbonell, autor de las más famosas y hermosas edificaciones del momento en Cuba. Actualmente es uno de los edificios más emblemáticos de Cienfuegos. Su coste se estimó en 75 mil pesos de aquella época. Se cuidó hasta el más mínimo detalle, en el interior no se escatimó en lujo y comodidad. A Torcuato se le abonó al contado por los terrenos 12.500 pesos cubanos. Ruiloba llegó a formar parte de la Junta Directiva como director de esta elitista compañía.

     El cayonés al mismo tiempo que fue un acaudalado empresario en Cienfuegos, formó parte de la Junta Directiva como presidente de sección en La Colonia Española y acordó aprobar el proyecto de construcción de un pabellón con modernos requisitos en su fabricación e higiene. Construcción de un piso alto en el pabellón de operaciones. Construcción de pabellones necesarios para enfermedades transmisibles. Cercar de ladrillos parte de los terrenos que ocupaba el sanatorio.

     Además, Torcuato fue socio de otro gran negocio “Compañía de Seguros y Finanzas de Cienfuegos” que sería muy próspero. Construyeron un edificio propio bajo las órdenes del arquitecto Luis Gálvez. Ruiloba fue miembro de la directiva como director. Las obras costarían 122.300 pesos cubanos.

     Fue presidente en diferentes Juntas Directivas de varias entidades.

     En el ámbito personal contrajo matrimonio en Laredo el viernes 18 de febrero de 1903 con Adela Setién Sierra y tuvieron a sus hijos: Torcuato, fallecido con 15 años en Santa María de Cayón el 11 de junio de 1930, Adelaida, José María, Antonio, fue un prestigioso médico y María del Carmen, conocida como Cuca, se casó con el director de la fábrica Nestlé en La Penilla de Cayón, el suizo Lorenzo Pfersich Merki.

     Torcuato Ruiloba junto con doña Aurora Sámano, viuda de D. Idelfonso Colsa, propietario de La Casona de Cayón, mandaron construir y pagaron con su dinero el nuevo cementerio de Santa María de Cayón que se hizo en el sitio de “Vega de la Viña” (Solainde) conocido entre los vecinos como “El Cuervo”.

      También nuestro protagonista de hoy contribuyó junto con los empleados de su empresa, entre los que se encontraban los cayoneses Belisario Colsa, Aniano Obregón y Ricardo Horza, con donativos para la construcción y mantenimiento de la Institución Reina Victoria “Gota de Leche de Santander”. Igualmente, para la reparación del Santuario de la Bien Aparecida en la que su esposa Adela e hijo Torcuato Ruiloba Setién contribuyeron en la subscripción.

     Torcuato recibió con los brazos abiertos a los vecinos de Cayón que al ver su buena fortuna decidieron emprender camino a Cuba para traer prosperidad a su familia y municipio, igualmente acogió a varios montañeses que partieron para hacer las Américas, tenemos constancia que entre ellos se encontraban además de los ya mencionados,  Antonio Setién, Joaquín Setién, Fernando Martínez, Francisco López, Juan Sancho Ruiz, Alejandro López Marsella, Jesús Fernández.

     Ruiloba viajó mucho por sus negocios y visitó su tierra con asiduidad.

     

    

    

    


domingo, 6 de noviembre de 2022

 
















  LA ABUELA ANA

Cita de Jimi Hendrix: Cuando el poder del amor sobrepase el amor al poder, el mundo conocerá la paz.

     Hoy es mi cumpleaños y mi nieto ha venido a felicitarme, los dos hemos pasado una maravillosa tarde en el jardín. Como pasa el tiempo, ya se ha convertido en un hombre. Tiene esa edad en que cree que el mundo le pertenece y está en posesión de la verdad. Yo le observo y veo a su abuelo cuando era como él, siempre lleno de planes, ilusiones, convencido de llevar con firmeza el timón de su vida, y esto me produce gran alegría. Si su abuelo lo viese estaría muy orgulloso, son como dos gotas de agua.  Me hace reír con sus ocurrencias, es tan simpático y vital.

     Hoy, sin embargo, me he sentido incómoda y vulnerable ante sus preguntas.

- Abuela, muchas veces me he preguntado por qué cuando era niño nunca nadie me regaló una pistola o una escopeta de juguete. Recuerdo que todos mis amigos la tenían. Yo la pedí muchas veces, pero nunca llegó. Y cuando estaba pensando qué carrera elegiría estudiar, hubo una época que quise ser militar, y esto os incomodó mucho, pero nunca nadie me explicó los motivos, simplemente, noté vuestro rechazo sin explicación alguna. Cuando por fin decidí ser informático, vi el alivio en vuestro rostro. Abuela, ya tengo una edad en que puedo comprender las cosas y me gustaría saber los motivos de tanta negatividad a todo lo que está relacionado con las armas.   

- Hijo, son imaginaciones tuyas.

- No, abuela, no es cierto, tú sabes perfectamente que algo se esconde ante tanto rechazo y yo deseo saberlo.

- No hay nada que esconder, simplemente son fantasías tuyas.

- Explícame entonces, el motivo por el que en nuestra casa nunca se habla de política, yo ignoro que partidos son afines a vosotros. 

- Simplemente pasamos de ella, no todo el mundo tiene que ser político, también están los apolíticos como nosotros.

- No me convences abuela, sé que algo me ocultáis y me duele, porque no confiáis en mí, siempre que os pregunto me contestáis con evasivas como ahora. Yo confiaba en ti, porque eres mi ejemplo de vida, una abuela tan sensata y que siempre me ha enseñado los valores de la vida, me ha dicho que con la verdad se va a todas partes y que la palabra de un hombre de bien es como una firma, y sin embargo sé que algo me ocultáis, lo intuyo. Cuando toco el tema de política o cuando deseaba ser militar, rápidamente cambiáis de conversación, es como si pensaseis que de lo que no se habla no existe, y francamente, esta situación me exaspera porque se escapa a mi entendimiento. Abuela, por favor, sácame de esta duda.

- No entiendo cómo puedes estar tan convencido de que te ocultamos algo.

- Porque es obvio abuela.

     Ante las preguntas de mi nieto me siento incómoda, él tiene razón, hay temas de los que no queremos hablar porque nos duelen. Hay cosas que pertenecen al pasado y no deben volver al presente. Recuperar el dolor, la decepción, la angustia, el miedo, no tiene ningún sentido. Mi nieto me observa suplicante, tal vez ha llegado el momento de darle respuesta a sus preguntas y también es cierto, que yo soy quien debe hacerlo. Quisiera retrasar estos momentos ¿para qué remover tanto dolor?, creo que ha llegado la hora de darle respuestas.

- ¿Qué quieres saber exactamente?

- Todo.

- ¿Todo?

- Sí, creo que gira en torno a la política o la guerra, son temas que jamás se tocan en la familia.

- Porque son cosas que pasaron hace muchos años, y no tiene sentido hablar de ellas, estamos en otra época que nada tiene que ver con aquella, ahora existen otros problemas diferentes a los que debemos dar soluciones, cada generación tiene sus propias vivencias y no debemos de estar desenterrando la vida de nuestros abuelos.

- ¿Algún antepasado mío murió en la contienda?

- Sí.

- Abuela ¿qué es para ti la democracia?

- Para mí la democracia es tu bisabuela Ana.

- ¿La bisabuela Ana? ¿Por qué?

- Porque ella fue un claro ejemplo de la tolerancia y el amor.

- No entiendo nada abuela, por favor me lo quieres explicar.

Miro al cielo y pido ayuda y claridad, que mi boca se llene de palabras sabias para inculcar a mi nieto amor, respeto y hermandad.

-Tu bisabuela tuvo tres hijos, a los tres los crio igual, con las mismas creencias, todos tuvieron la misma educación en un colegio religioso donde se prepararon muy bien, el mayor era tu abuelo, después vinieron tus tíos Antonio y José, este último era muy estudioso e intelectual, aprobó dos carreras, capitán mercante y maestro. Todos vivían tranquilos con sus trabajos y familias hasta que estalló la guerra civil.

Mi nieto me observa con curiosidad y ansiedad, deseoso de conocer todos los detalles, yo quisiera que estos momentos nunca hubiesen llegado, pero sigo contando la historia de la familia.

           - ¿Qué pasó entonces?

- Tus dos tíos, cada uno fue afín a una idea diferente.

- ¿Y el abuelo?

- Él era apolítico, hablaba con sus hermanos tratando de convencerles para que no se involucrasen demasiado, pero ellos lejos de hacerle caso, cada día se metieron más y más, hasta el punto que Antonio llegó a ser jefe de derechas y José jefe de izquierdas. Ana sufría mucho con esta situación, era la madre de los dos, y no comprendía como habiendo tenido la misma educación podían encontrarse en esta posición con sus hijos enfrentados por unas ideas. Prohibió expresamente que en su casa se hablase de política, y les hizo jurar que siempre se protegerían el uno al otro pasase lo que pasase.

     Hubo muchas inquinas en el pueblo y concretamente en su casa, tu bisabuelo era un hombre muy culto y tenía una de las mejores bibliotecas de la zona, un día vinieron unos hombres y sacaron todos los libros a la huerta y los quemaron, se llevaron todos los muebles y cosas de valor, comida, relojes de oro que eran de los bisabuelos, lo dejaron todo vacío, tras las súplicas del padre de tu abuelo que ya era muy mayor y les pidió que dejasen una cama para sus hijos, estos le respondieron que durmieran en el suelo, pero a él le dejarían una cama por su avanzada edad. Cuando tus tíos llegaron a casa se encontraron con este panorama, el hijo cuyos compañeros habían hecho esta barbaridad salió corriendo para pedir cuentas de lo que allí había pasado.

     Pasó el tiempo y al jefe de izquierdas lo mandaron a una misión especial a Barcelona para que no se enterase de que iban a detener a su hermano, a quien llevaron a la Checa, y posteriormente, por unas horas lo trasladaron a los calabozos del Ayuntamiento, y a las doce y cuarto de aquella noche, lo llevaron nuevamente junto con un sacerdote y dos jóvenes a la Checa. Neila dio orden de amarrarlos los brazos y manos con cuerdas de bala, dándoles multitud de vueltas. Se dirigieron en dos coches a Puerto Chico y allí los obligaron a subir a un lanchón que se dirigió mar adentro, posteriormente, les amarraron unos sacos muy pesados, pero de pronto, unas señales de luz y grandes ruidos hicieron cambiar el rumbo del lanchón de regreso a puerto. Al llegar, Antonio escuchó que preguntaban si él viajaba allí, y al responder afirmativamente, ordenaron que lo liberasen, y así lo hicieron, el lanchón volvió a zarpar nuevamente y nunca más se supo del sacerdote y los dos jóvenes que acompañaban a Antonio, su tumba está en un lugar desconocido en el fondo del mar. El jefe de derechas al bajar, se encontró con una orden de puesta en libertad firmada por los altos mandos de sus oponentes, y de la oscuridad salió una esbelta figura que lo abrazó con cariño y le susurró al oído “¿Cómo te has dejado coger cabrón?” Era su hermano, que había venido desde Barcelona en una avioneta, al enterarse por un confidente de lo que estaba pasando. Antonio al llegar a su casa se encontró a su esposa y a los vecinos del pueblo rezando el rosario por su alma.  Muchas fueron las desgracias que esa maldita guerra entre hermanos causaron a estos dos miembros de la familia, uno de ellos murió posteriormente de un balazo, mientras cuidaba que los escapados no robasen en propiedades privadas, para gran júbilo de la radio pirenaica que lo anunció a bombo y platillo, el otro hermano siguió con sus ideas terminada la contienda y haciendo una revista clandestina con sus ideales, estuvo a punto de perder a sus hijos, a quienes mandó a Francia para ser llevados a Rusia como niños de la guerra, pero gracias a tu abuelo que no lo consintió y se fue al país vecino para recogerlos y  devolverlos a la familia. Tu tío José sufrió las represalias de los vencedores, aunque esto no le hizo variar sus ideales. Y es por todo esto, que nunca queremos hablar en la familia, de guerra ni política, lo mejor que nos ha pasado a los españoles es la democracia, el abrazo, el perdón y el olvido entre hermanos.