UNA CARRETERA MUY DESEADA
Una ley de 9 de marzo de 1883 incluyó en
el Plan General de carreteras del Estado, una vía que partía del sur de Peñas
Pardas. En 1904 estaría operativa su enlace entre la carretera de Burgos hasta
la Vega de Pas, pasando por San Pedro del Romeral. A comienzos de la segunda
década del siglo XX se finalizó la carretera que uniría Vega de Pas con el
valle de Carriedo.
La incomunicación entre las villas
pasiegas y Selaya, causó gran malestar entre los vecinos del valle carredano
que no cesaban de reivindicar una calzada que les uniría con los cercanos, pero
aislados pueblos.
Los políticos en época electoral acudían
al lugar prometiendo una y mil veces la ejecución de la vía tan deseada, pero
pasadas las elecciones se les olvidaban con facilidad las promesas.
Los moradores de estas zonas enumeraban
las muchas posibilidades y bondades que una carretera que uniese Selaya con
Peñas Pardas traería consigo. Un país moderno y competitivo pasa por las buenas
comunicaciones que tenga, carreteras, trenes…, esto hará que la gente se quede
en sus pueblos de origen, haciendo crecer así su economía y su población. Por
el contrario, creían que si esta obra no se llegase a ejecutar, los habitantes
emigrarían a otros lugares donde la vida fuese más fácil, cómoda y barata.
De qué les servía ser muy trabajadores y
emprendedores, que sus ganados y tierras fuesen muy productivos, si sus artículos
no pueden comercializarse en otros lugares. La buena comunicación traería
consigo mayores ventas, y al mismo tiempo, el deseo de producir más, con lo que
la riqueza aumentaría considerablemente.
Su presente, por el contrario, les hacía
dudar, y el miedo de emprender un negocio para más tarde verse obligados a
cerrar, les paralizaba en sus ansias de progreso.
Ellos se quejaban amargamente de sus
políticos, lo que me hace pensar que el tiempo pasa, pero los políticos quedan.
Han avanzado en sus formas, pero no en sus obras.
Recientemente leía unas anotaciones en que
un vecino de Selaya se quejaba diciendo, que siempre que hay elecciones a
diputados a Cortes se presentan buscando el apoyo de los residentes,
prometiéndoles la tan deseada carretera, pero después de lo prometido, nada de
nada, y esto venía sucediendo desde hacía veinticuatro años, y se lamentaba que
de seguir así, pasarían otros tantos, sin ver ejecutada dicha obra. Por el
contrario, creía que antes volverían a buscar los votos de los sufridos
vecinos, y lo harían con el mismo engaño, pero les advertía de que a un pueblo
se le engaña, una, dos y hasta tres veces, pero después, aunque vengan con el
evangelio en la mano, nadie les creerá y tendrán que irse con el cuento a otra
parte.
Parece ser que pidieron con tanta
insistencia la carretera que uniría estos pueblos que los políticos la
incluyeron en las obras del Plan General de carreteras del Estado.
Los carredanos no se equivocaron en sus
planificaciones, y hoy Selaya es una muestra de prosperidad, con sus empresas,
comercios, ganaderías, gentes emprendedoras. La densidad de su población ha
aumentado notablemente, muy lejos de aquellos malos augurios de emigración a
otros lugares más cómodos y baratos. Hoy tanto Selaya, como el valle de
Carriedo en general, son un lugar moderno y próspero, muy cómodo para vivir, y
sin duda, en gran parte se lo deben a aquellos vecinos que con su tesón y
visión de futuro, tanto lucharon y acorralaron a los políticos de turno para
hacer de su pueblo uno de los más reconocidos y prósperos de Cantabria.