miércoles, 13 de enero de 2016

"TARDE DE NOVIEMBRE"


"TARDE DE NOVIEMBRE"



En esta tarde de noviembre
en la que ya es de noche
y llueve,
sigo pensando en ti.

Hace frío.
Las gentes pasan enfundadas
en sus abrigos,
con sus paraguas,
ensimismadas en sus propios problemas.

Yo, pienso en ti.
Querido,
a mi mente llega el recuerdo
de aquella tarde en que también llovía
y hacía frío,
y juntos paseábamos.

Tú me tomabas entre tus brazos
queriéndome proteger
del frío y el viento.

La lluvia caía,
tu bromeabas y reías, 
reías tanto.

Recuerdo también el día
que fuimos a nuestra isla.
La mar estaba crecida,
las olas encrespadas,
bravas, amenazantes.

Y sentí miedo.
Un miedo atroz y sin igual.
Nunca había sentido tanto miedo.
Temí por ti, amor mío.


Gilda Ruiloba.
"TARDE DE NOVIEMBRE"

En esta tarde de noviembre
en la que ya es de noche
y llueve,
sigo pensando en ti.

Hace frío.
Las gentes pasan enfundadas
en sus abrigos,
con sus paraguas,
ensimismadas en sus propios problemas.

Yo, pienso en ti.
Querido,
a mi mente llega el recuerdo
de aquella tarde en que también llovía
y hacía frío,
y juntos paseábamos.

Tu me tomabas entre tus brazos
queriéndome proteger
del frío y el viento.

La lluvia caía,
tu bromeabas y reías,
reías tanto...
Recuerdo también el día
que fuimos a nuestra isla.

La mar estaba crecida,
las olas encrespadas,
bravas, amenazantes.

Y sentí miedo.
Un miedo atroz y sin igual.
Nunca había sentido tanto miedo.
Temí por ti, amor mío.                                                                                                                                            





Gilda Ruiloba.

"TARDE DE NOVIEMBRE"

"TARDE DE NOVIEMBRE"























"TARDE DE NOVIEMBRE"



En esta tarde de noviembre
en la que ya es de noche
y llueve,
sigo pensando en ti.

Hace frío.
Las gentes pasan enfundadas
en sus abrigos,
con sus paraguas,
ensimismadas en sus propios problemas.

Yo, pienso en ti.
Querido,
a mi mente llega el recuerdo
de aquella tarde en que también llovía
y hacía frío,
y juntos paseábamos.

Tú me tomabas entre tus brazos
queriéndome proteger
del frío y el viento.

La lluvia caía,
tu bromeabas y reías, 
reías tanto.

Recuerdo también el día
que fuimos a nuestra isla.
La mar estaba crecida,
las olas encrespadas,
bravas, amenazantes.

Y sentí miedo.
Un miedo atroz y sin igual.
Nunca había sentido tanto miedo.
Temí por ti, amor mío.


Gilda Ruiloba.