LA VEGANA Y SU ESPOSO
Muchas veces nos encontramos con historias
verdaderamente apasionantes. Estando con mi amiga Marián Castillo, comentábamos
como nos gusta investigar sobre las costumbres y tradiciones de nuestro
territorio pasiego. De esas mujeres valientes, sufridas, trabajadoras,
emprendedoras, con carácter, que componen nuestra tierra. Ellas han sido y son
nuestro orgullo, los pilares fundamentales en los que se ha basado desde la
antigüedad la familia.
Vi como a medida que hablábamos mi amiga
se enorgullecía recordando a su bisabuela Juana. Me contó las historias de su
antepasada y su esposo y he querido compartirlas con todos vosotros, porque
pienso que deben ser conocidas, son nuestro patrimonio cultural, algo que nunca
debemos olvidar.
Juana Martínez Pelayo, nació en Vega de
Pas en 1869 y falleció en Buenos Aires en 1955 donde había emigrado con su hija
menor, y anteriormente lo hicieron otros dos de sus hijos.
Nuestra protagonista de
hoy contrajo matrimonio con Urbano Castillo Sánchez que nació en Monzón de
Campos, Palencia y murió en Muriedas en 1938 a los 70 años. Tuvieron 18 hijos
de los cuales vivieron 12.
Juana fue una mujer como tantas otras en
aquella época, que les tocó sufrir en carne propia la crueldad de la guerra
civil. Uno de sus hijos, Luis, estuvo en el barco prisión Alfonso Pérez y lo
asesinaron despeñándolo por el Faro de Santander. A su hijo Alejandro, lo
acribillaron a balazos en Cabeza de Puente de Balaguer, cuando intentaba pasar
el puente para llegar junto a su esposa María Luisa y conocer a su pequeño
Alejandro que acababa de nacer.
Era una mujer emprendedora donde las hay,
fundó el bar “La Vegana” casa de comidas en Boo de Guarnizo en 1928. Pasados
los años y tras mucho trabajo y lucha para darle la fama y el prestigio del que
gozó y que aún sigue disfrutando, lo traspasó.
Juana según el boca a boca entre su
familia resulta ser familia directa del marqués de Valdecilla y Pelayo, por
parte materna. La Vegana quedó huérfana de madre a edad muy temprana y su padre
se volvió a casar en segundas nupcias, por lo que perdió el contacto con la
familia materna.
Su esposo por su trabajo tuvo múltiples
destinos como era habitual dentro de la benemérita. De hecho, cada uno de sus
hijos nació en diferentes pueblos de Cantabria por donde el matrimonio iba
pasando. Estando en uno de esos destinos, concretamente en Barreda, participó
en el salvamento de 16 niños y una anciana en la noche del 14 al 15 de mayo de
1913, donde hubo unas terribles inundaciones acaecidas en Polanco. El sargento
Urbano Castillo con gran heroísmo y sin importarle el gran peligro que corría,
pues el agua le llegaba a la cintura, la noche estaba muy oscura y la lluvia no
dejaba de caer torrencialmente, junto a sus compañeros fue salvando uno a uno,
con gran peligrosidad para sus propias vidas a los 16 niños y a la anciana que
muy asustados gritaban pidiendo ayuda. Motivo por el que fue condecorado.
Obtuvo una segunda condecoración, en otra ocasión, por participar en la
detención de unos criminales huidos de la cárcel y que lograron capturar en el
monte.
Urbano Castillo Sánchez vivió otra
experiencia siendo cabo. En la noche del 25 de julio de 1891 cuando dos
pastores se dirigían a sus casas en el pueblo de Orzales, salieron a su
encuentro dos individuos que arrojándose sobre uno de ellos le asestaron en la
cabeza dos estacazos hiriéndole gravemente. El otro pastor venía más rezagado y
al escuchar los gritos corrió para ayudarle, pero uno de los desalmados
asesinos le dio un garrotazo partiéndole el cráneo. Los criminales huyeron
junto a otros cómplices que estaban escondidos. El pastor mal herido pudo
llegar arrastrándose al pueblo y las autoridades llegaron a la conclusión de
que los dos habían discutido y el mal herido había asesinado a su
compañero. Pasó un año en la cárcel donde
enfermó del corazón, pasado este tiempo y al no encontrar pruebas suficientes
fue liberado, muriendo al poco tiempo con la frustración de que no se hubiese
descubierto a los culpables.
Transcurridos quince años y gracias al
entonces cabo Urbano Castillo, se logró descubrir a los verdaderos asesinos,
que lo pusieron muy difícil, pues eran poderosos, adinerados y con muchas
influencias.
Urbano Castillo alcanzó el grado de
Teniente de la Guardia Civil y fue condecorado con la Cruz de Beneficencia y
dos Cruces de Mérito Militar Blanca.
Descendiente de estos dos protagonistas de
hoy es el conocido coreógrafo Poty (Javier Castillo Arco).