domingo, 31 de octubre de 2021

 






El ECO DE CARRIEDO, PERIODISMO CERCANO

     No hace mucho tiempo, acompañé a una amiga invidente a un médico especialista en Valdecilla. Me llamó mucho la atención que al hacerle una serie de preguntas, entre otras muchas cosas, le preguntó si estaba al día de las noticias y la actualidad del país y del mundo. Ella le respondió que sí, que escuchaba la radio todos los días, y le gustaba oír las noticias en la televisión. -Es muy importante, le dijo, que no pierdas el contacto con las cosas que pasan. Es muy conveniente también, que si tienes a alguien que te lea la prensa, lo haga. Muchas veces en los periódicos se pueden encontrar los pequeños detalles de una comunidad o un pueblo.

     Esto me hizo reflexionar, sobre la importancia que tiene el oficio de comunicador, y el periódico, en concreto, para nuestra vida cotidiana.

     Como muy bien dijo Albany Suda y Pres: “El periódico es la mejor y más valiosa biblioteca”. Y así lo creo yo también, pues está al alcance de todos, el periódico se compra, se presta, se lee en la cafetería mientras tomamos un café, haciendo tiempo para regresar al trabajo o esperando al amigo con quien hemos quedado y se retrasa. El periódico es el compendio del mundo entero. Con pocas palabras te ponen al día de todo. Es el mayor archivo del mundo.

     Lo mismo podemos encontrar en la prensa diaria las noticias más actuales, como podemos recurrir a las bibliotecas, y buscar en sus archivos, aquellos periódicos del pasado, que nos hacen retroceder en el tiempo, y como si de magia se tratara, podemos introducirnos en la vida cotidiana de otros tiempos, que nos hablan de otras gentes tan parecidas a nosotros, pero al mismo tiempo tan diferentes, con otros problemas, aunque en muchas ocasiones la similitud con los nuestros nos abruma.

     Recientemente, la investigación sobre uno de mis artículos me llevó a indagar sobre la primera publicación periódica del valle de Carriedo, “EL ECO DE CARRIEDO”. Este periódico fue fundado por el abogado Antonio Mazorra y Ortiz. Su primer número salió el día 12 de mayo de 1894. Salía el domingo de cada semana y el precio de suscripción era: de un trimestre, dos pesetas; Un semestre, cuatro pesetas; Un año, ocho pesetas. También se distribuía en la isla de Cuba y su precio era: Un semestre, seis pesetas; Un año, doce pesetas. Había que pagarlo por adelantado, a la Dirección de Saro de Carriedo donde se hacía el periódico, pero nunca se imprimió en este valle, debido a la falta de medios. Primeramente, se hizo en Santander, en la imprenta del Heraldo, hasta julio de 1894. Posteriormente, se editó en la de Sotero Roiz de la calle del Muelle de la capital cántabra.

     En este medio de comunicación podemos encontrar temas políticos, llama la atención lo detallado que estaban los juicios de la época, de toda índole, desde crímenes hasta palizas entre vecinos por cualquier tipo de trifulca. Estos pleitos no solo correspondían a nuestra región, eran a nivel nacional. Algunos de ellos, de gran popularidad en aquellos momentos.

     Pero si algo me ha llamado la atención de “El ECO DE CARRIEDO” es su familiaridad. Hablaba desde la cercanía, sus corresponsales eran grandes conocedores del vecindario, y plasmaban en sus escritos con todo lujo de detalles la vida de la sociedad. En sus artículos no faltaban las fiestas de  cada pueblo, las reuniones de las damas de aquella alta sociedad del valle de Carriedo e incluso de Cayón, pues con gran alegría me encontré en el estudio de este periódico con nombres muy allegados a mí, por diferentes motivos, unos por oídas de mi pueblo de nacimiento, Llerana de Saro, y otras como ha sido el caso de dos damas de la alta sociedad cayonesa, como fueron doña Matilde y doña Vitalia Sánchez, tías de Pepa Sánchez, persona a la que siempre he considerado como mi abuela, y que tanto me habló de ellas.

     “EL ECO DE CARRIEDO” para mi desilusión, solo duró quince meses y salieron sesenta y seis números, finalizando su edición el 11 de agosto de 1895.