quisiera conocerte
palmo a palmo,
piedra a piedra,
porque cuanto mas te conozco
más te quiero,
más te admiro.
Madre querida
¡que orgullosa me siento
de haber nacido en ti!.
¡Con que satisfacción llevo tu nombre!
El que tu me has dado,
cántabra, hija de Cantabria.
Todos los días me deparas
una nueva sorpresa.
Siempre agradable
Cada día al levantarme
te contemplo,
y me haces sentir
pequeña y grande a la vez.
Grande porque te pertenezco,
porque soy una muy diminuta
parte de ti,
pero al fin y al cabo, tuya.
Pequeña, porque me siento impotente,
incapaz de poner un granito más
para embellecerte.
Para ensalzarte,
para poder gritar al aire
cuan hermosa eres.
Al pasar de los siglos
de los años
una nota ha predominado en ti
la libertad de tu pueblo.
Su independencia e individualidad
características siempre
del pueblo cántabro
por los siglos de los siglos.
Tus hijos siempre defendieron
incluso con su propia sangre
tu integridad.
Tus costumbres con celo
fueron custodiadas
tus fronteras con heroísmo
tus fronteras con heroísmo
guardadas.
Pero es que madre,
Cantabria sólo hay una
y esa eres tu.
GILDA RUILOBA