traviesa, dulzona,
nos sonríes y provocas
para mas tarde,
al atardecer,
dejarnos solos
y desvalidos
con nuestro llanto
ante las mil y una trampas
que tu nos tiendes.
¿Dónde está, vida tu aguijón?
¿Dónde, tu satisfacción?
¿Dónde, dí, pretendes llevarnos?
Es que no ves perdida,
que con tu engaño
a tí misma engañas,
pues aquel que a su propia creación
manipuló y engañó
sólo, con su dolor en el corazón
de burlador burlado quedó.
Gilda Ruiloba.