EL
IMPORTANTE PAPEL DE LA MUJER RURAL EN LA ECONOMÍA
Muchas veces he pensado que sería de
nuestra economía y de nuestra vida sin la aportación del trabajo de la mujer.
Desde el principio de los tiempos, Cantabria ha sido matriarcal. El papel de la
mujer cántabra ha tenido gran importancia en nuestra cultura, así como en
nuestra economía. En el mundo agrícola, en la antigüedad, ellas eran quienes
heredaban las tierras.
La mujer cántabra siempre ha sido pieza
fundamental del sistema económico, a diferencia de la de otras regiones,
compartían en igualdad con los hombres las tareas del campo y gestionaban
juntos sus ganaderías, así como sus beneficios.
Durante los siglos XVII y XVIII incluso se
mezclan los derechos entre hombres y mujeres. Matriarcado y patriarcado, y en
valles como el de Toranzo, se da curiosamente el caso de que los hijos varones
heredaban el apellido del padre. Por el contrario, las hijas heredaban el
apellido materno.
Hasta nuestros tiempos en el mundo rural
siguen participando el hombre y la mujer, y muchas de las ganaderías están a
nombre de las mujeres.
¿Quién no ha visto por los pueblos de
Valles Pasiegos a mujeres arreando las vacas en las mudas de cabaña a cabaña?
Aún recuerdo a una familia en Vega de Pas formada por una madre, y tres hijos,
cuyas edades oscilaban entre los doce y tres añitos. En el Túnel de la Engaña
había una fiesta regionalista reivindicando el ferrocarril
Santander-Mediterráneo. De esto hace ya unos cuantos años. Pues bien, esta
peculiar familia iba de muda desde Yera hasta un poquito más arriba de una
cascada que se encuentra camino a Espinosa de los Monteros, allí tenían dos
cabañas. Lo sé, porque a mi regreso del citado pueblo, los recogí, pues estaban
haciendo auto stop. Pude comprobar que la señora era viuda y se había quedado
sola con sus tres hijos y ella era la encargada de gestionar su ganadería. Este
es un claro ejemplo de la mujer rural. ¿Y quién no ha visto a una señora,
incluso ya entradita en años, cargar en sus espaldas el cuévano cargado de
verde o hierba seca? Doy fe, que no es tarea fácil portar estos cuévanos, por
su gran peso, especialmente si son de verde. Y, sin embargo, muchas de nuestras
mujeres de Valles Pasiegos, aún los llevan a sus espaldas. El ordeñar las vacas
a mano o con las nuevas ordeñadoras, tampoco es exclusividad del hombre. Muchas
mujeres también lo hacen, al igual que segar, tanto a dalle, como con segadora
de peine. El mundo de la mujer rural es muy duro, recuerdo en una manifestación
de ganaderos pidiendo la subida del litro de leche, a un productor hablando. Sus
palabras se quedaron grabadas en mi mente. Fueron las siguientes: “Nuestras
mujeres no tienen sortijas, ni joyas, sus sortijas son los callos producidos
por un trabajo duro en el campo, mal pagado, para que otras mujeres, si las
puedan lucir a costa de la precariedad de las nuestras” Estas palabras me
impresionaron y me hicieron meditar sobre las condiciones tan duras en las que
viven nuestras mujeres ganaderas. Pero si algo me llamó alguna vez la atención,
fue en un pueblecito de Valles Pasiegos, en Llerana de Saro, ver a una mujer
ganadera, tumbada en el suelo, clavando el picacho en la tierra para picar el
dalle, allí de medio lado, apoyando el asta en la pierna y la hoja en el
picacho, con un recipiente de agua para mojar el martillo, con el que dejaría
plana la hoja, al estirar el metal dejándolo muy fino, eso es otra prueba de
como la mujer ganadera es capaz de hacer todas las tareas en su ganadería, por
muy complicadas que estas sean. Luego, cogió una pizarra o piedra de afilar, la
metió en la colodra, la amarró a su cintura, cogió el dalle y la rastrilla y
los puso sobre su hombro y con las mismas, se fue a segar. No me quedan más que
palabras de admiración para estas mujeres rurales, mujeres ganaderas, que día
tras día, atienden sus ganados codo con codo, con sus esposos. Ellas son la
base de la economía de un sector que está desapareciendo por la poca ayuda de
los gobiernos y empresas, y con ello se están vaciando los pueblos de “La
España vaciada” que tan de moda están poniendo nuestros políticos, pero que
ellos solitos, han abocado a esta situación, por todos los impedimentos que han
puesto a nuestros ganaderos y agricultores, importando de otros países los
productos que nosotros tenemos que dejar de producir. Invito a los políticos
para que dejen la palabrería y se pongan las pilas, antes de que nuestra
ganadería y agricultura desaparezcan por completo y eviten la tan temida para
ellos “España vaciada”.