REAL VALLE DE CAYÓN
Según mis investigaciones , se dice que viene su realengo de la
larguísima lucha que libraron junto con los otros ocho valles que compusieron
la antigua merindad de los nueve valles de las Asturias de Santillana y que en
la defensa del larguísimo pleito, casi 150 años, contra los herederos de la
casa de la Vega, los Duques del Infantado (Marqués de Santillana) que
pretendían someter a su jurisdicción señorial estos territorios. Todos los
nueve valles de la antigua Asturias de Santillana, se llaman REALES, porque
eran de realengo.
El campesinado, hartos de la situación
con los señores, se levantó en diversos pleitos contra la casa de la
Vega-Mendoza ya que no querían pertenecer al señorío de Iñigo López de Mendoza.
Durante el mandato de Leonor de la Vega, el tacto de ésta, había evitado la
explosión de las quejas. Sin embargo, Iñigo, actuó con gran violencia en los
valles, contra sus gentes y propiedades. Tomando posesión de ellos por las
armas. Algo que no le perdonaron los campesinos, quienes querían depender
directamente del rey.
Tras el fallo favorable del pleito de
Carriedo, decidieron apelar a la monarquía, los valles de Alfoz de Lloredo,
Cabezón, Cabuérniga, Camargo, Cayón, Penagos, Piélagos, Reocín y Villaescusa. El pleito
comenzó en 1438 y terminó en 1581. Se trató de una serie de pleitos en que
primeramente fueron ganados por el poder señorial, pero finalmente se inclinó a
favor de los valles. La devolución de los valles a la corona castellana, mermó
el poder señorial en la zona. Siendo muy bien visto por la corona, que
pretendía recuperar el poder en la zona norte.
La ermita de San Antonio Abad en La
Abadilla de Cayón, tuvo gran importancia en estos acontecimientos, ya que en
ella se reunían los miembros del concejo para tomar toda clase de decisiones
comunales, así como lo que se refería a las relaciones con los “señores” o
representantes del rey.
En 1630 Felipe IV otorgó a la provincia
de los Nueve Valles el privilegio de regirse por alcaldes ordinarios.
Gilda Ruiloba.