domingo, 25 de marzo de 2018


                    




LA ABADILLA DE CAYÓN


(Historia resumida)













       LA ABADILLA DE CAYÓN

       La Abadilla es uno de los nueve pueblos que forman el Ayuntamiento de Santa María de Cayón. Este pueblo está dividido en dos por la carretera Guarnizo-Selaya. A su vez está abrazada entre dos ríos El Pisueña y su afluente El Suscuaja. Al pasar por su carretera general podemos observar la belleza de sus casonas que nos llevan a imaginar la benevolencia económica de la que gozaron sus propietarios. Son hermosas casonas, unas palaciegas o indianas y otras montañesas, en su mayoría de piedra y muchas con sus escudos heráldicos que nos confirman la importancia que tuvieron dichas familias en épocas no demasiado lejanas.
       Este pueblo toma su nombre de una antigua “Abadía” de monjes que estaba situada muy cerca de la iglesia parroquial de San Esteban Protomártir, en las casas que ocuparon Domingo Pérez y su familia. Así como Angelita y otros. De todas estas casas solo una queda en pie, muy bien reformada.
       También se dice que su nombre se debe en que al estar entre dos ríos los vecinos vadeaban los ríos. Pero según mis estudios todo me hace pensar que la primera opción es la correcta. 
       Junto a la iglesia se encontraba el antiguo cementerio.  En su iglesia perduran hoy las cuatro columnas y arcadas que sostienen el templo. En su sacristía existen un “aguamanil” cuyas piedras están fechadas en 1699 (MDCIC). En el portal de la iglesia se encuentra introducido en la pared un Cristo de piedra muy estropeado en cuya peana lleva inscrita la leyenda “ MIRA TU, ALMA MÍA, A TU REDENTOR, PUES MAS QUE A TU VIDA TE AMÓ ESTE SEÑOR”. La fecha es de 1699.
   Varias son las donaciones que vecinos de La Abadilla han hecho a su templo. Entre ellos podemos encontrar la torre que se agregó como campanario, donada por D. Leonardo Penagos natural del pueblo y residente en México, en el año 1.950. Así mismo en el coro hay una forja de hierro y en su centro lleva tres letras “JGS” y la fecha de 1.889. Esta verja fue donada por D. José Gutiérrez Sánchez. Notario y escribano de La Abadilla. Otra benefactora del templo fue Dña. Margarita Gutiérrez Saro que donó en el año 1889 una imagen de San Roque que podemos encontrar en el altar de la Dolorosa.
       En esta iglesia podemos observar también un antiquísimo reloj sobre piedra de sillería con la fecha del “aguamanil” y el Cristo de piedra del portal.
      Sin duda, el barrio más importante desde la antigüedad, en La Abadilla, es el barrio de San Antonio. Este, toma su nombre, de la ermita de San Antonio Abad, Reliquia histórica, que representa la capilla dentro del patrimonio cultural del valle de Cayón.
       Ya se hablaba de esta ermita en los años cincuenta del siglo XVI en la que con fecha 28 de Junio de 1556, solo 64 años después del descubrimiento de América, ya se reunían en el interior de su recinto los vecinos del valle para tomar toda clase de acuerdos para la buena administración de sus tierras y montes comunales con los “señores” o representantes del rey (Así consta en un acta del pleito de los Valles). Alrededor de la ermita se celebraban antiguamente todas las ferias y mercados de la comarca cayonesa. Tenían lugar un mercado cada mes y ferias en Enero, (San Antón); en Abril (San Marcos) y en Octubre (San Francisco).
       En este mismo barrio se alza una casa torre del año 1.688 y lleva en su fachada un magnifico escudo adornado de “lambrequines” y con tres caretas simbólicas. Su “campo” está partido en dos; el 1º lleva una cruz hueca floristeada, el 2º un castillo y a su puerta una sierra de carpintero; armas de Obregón y Sierra.
        En La Abadilla existen otros 12 escudos nobiliarios, más dos relojes de sol. Uno lleva fecha de 1827 y otro de 1829 y además este último lleva la siguiente divisa grabada en su piedra “SOLO EL SOL EL SER ME DA”
       Muchos son los avatares que a lo largo de los tiempos han pasado por este pueblo, entre ellos podemos encontrar las graves inundaciones del 19 de agosto de 1834 que llegaron a inundar los portales de las casonas a una altura de 1,60m.
       Entre las familias más destacadas del pueblo podemos encontrar a la familia Saro-Galbán cuyo hijo D. Juan Antonio Saro Galbán fue el fundador del que es hoy el barrio más importante de La Abadilla,  Sarón que tomó su nombre de su fundador que así se le conocía por su gran corpulencia. Este hombre de gran visión de futuro y comercial vio en sus tierras un próspero negocio y sin lugar a dudas no se equivocó. Fueron trasladados a Sarón para darle más auge, las ferias y mercados del barrio de San Antonio.
       Pero si en algo ha sido muy prodigo también el pueblo de La Abadilla de Cayón , ha sido en escritores a través de los tiempos. Así podemos encontrar a D. Carlos Rodriguez Cabello que nació el 15 de enero de 1881. Publicó diversos trabajos médicos como “La gastroenterostomía”, “Las fracturas del cuello del fémur”, El pronóstico de las fracturas óseas del niño” y “Las tromboflebitis”. También colaboró en la prensa local, siempre en defensa de causas nobles. Murió en 1970.
Doña María Saro Alonso, nació en 1912, escribió dos libros de poesía “La Braña” en 1975 y “Bajo mi cielo gris”. Murió en 2007.
Don Matías Sainz Ocejo, nació el 10 de octubre de 1947. Escribió “El amanecer de un día”. “¿Quién es el culpable?” “Reunión de verano” “Porque pudo ser así”, “cosas del turismo” y “Preguntando al silencio”, “El dragón de oro”. Murió el 7 de diciembre de 2001.
Agustín Sánchez Obregón, nació en La Abadilla el 21 de febrero de 1921, historiador del Valle de Cayón. Murió el 19 de marzo de 2014.
Gilda Ruiloba Gutiérrez, nació el 28 de febrero de 1958. Ha escrito tres libros “La casona de Hernán” Libro de 50 poemas y 6 relatos cortos en el año 2016, la novela “Aniceta” en el año 2017 e "Historia y gentes de un barrio" en 2018, historia sobre el barrio de San Antonio y El Cajigal que comienza en el año 1556 y finaliza en el 2018. Ha colaborado en revistas internacionales de poesía y en la prensa local con numerosos reportajes sobre Cayón, así como de los oficios, en muchos casos ya desaparecidos, de las gentes de Cantabria y especialmente de los Valles Pasiegos y Trasmiera. Pertenece a la Sociedad Cántabra de Escritores.

Gilda Ruiloba.