MÁS HISTORIA DE CAYÓN.
LA ERMITA DE SAN ANTONIO ABAD EN LA ABADILLA DE CAYÓN.
Ante la proximidad de la fiesta de este Santo eremita (17 de Enero) es propicio dar público conocimiento de la "reliquia histórica" que representa la capilla dentro del Patrimonio Cultural del Real Valle de Cayón.
En el interior de su recinto ya se reunían los vecinos del Valle para tomar toda clase de acuerdos para la buena administración de sus tierras y montes comunales así como también las relaciones personales con los "Señores" o representantes del Rey.
Muestra todo ello es la transcripción literal del "acta" de la reunión que, para tratar del Pleito que mantenían estos Valles con el Duque del Infantado, se celebró aquí el 28 de Junio de 1556 (solo 64 años después del descubrimiento de América). Los pergaminos originales de esta documentación se guardan en la Biblioteca "Menéndez Pelayo" de Santander.
El documento dice así:
"En la ermita del Santo Antonio del concejo de La Abadilla del Valle de Cayón a veinte e ocho del mes de junio, año del Señor de mil e quinientos y cincuenta y seis años, estando juntos los procuradores regidores e vecinos del dicho Valle de Cayón que hoy, dicho dia, se juntaron en la dicha ermita, que dixeron ser su lugar señalado donde suele hacer sus Juntas Generales, como era la presente, siendo para ello munidos en sus concexos e a son de campana tañida, como lo tenian de uso y costumbre para hacer e ordenar las cosas tocantes al dicho su Valle, especialmente Sancho Ruiz procurador, Juan González de la Valleja regidor, Juan de la Concha e Diego González de Aguero vecinos del concexo de Esles, e Hernán Corrila procurador, e Juan Hernández del Valle e Juan Prieto regidores; Alonso de Obregón e Juan de la Haya e Garcia Gutierrez e Rivero el Viejo e Juan Gómez vezinos del concexo de Lloreda; y Hernando Mavilla procurador e Hernando de Bustillo e Sancho Goncález de la Sota vezinos del concexo de Totero; e Diego de la Pedrosa escribano e once vezinos mas del concexo de La Abadilla; Antonio Martinez procurador e Juan Garcia alcalde regidor; Juan Goncález de la Pedreguera y nueve vecinos mas del concexo de Santa Maria de Cayón....(Juan de Quintana procurador y Juan Sánchez de los Corrales con diez vezinos mas por Argomilla; Torivio de San Román procurador e Juan de la Dehesa y Diego Pérez regidores, y siete mas de San Román; por Santozilde Rodrigo Goncález de Riaño, Hernando Diaz hijo de Diego Diaz; Diego Garcia de la Herrán, Juan Garcia del Vado, Pedro de Villaescusa, Juan de la Herrera y seis mas, vezinos del concexo de Penilla; e Pero Martinez procurador e Juan de Cayón e Rodrigo de la Fuente regidores y el bachiller Obregón y cuatro vecinos por el concexo de La Encina. Todos ellos vezinos que dixeron ser del dicho Valle de Cayón, todos vezinos de los lugares del suso declarados en el dicho Valle al presente, estaban en presencia de mi, el escribano público e testigos yuso escriptos, luego los dicho procuradores e regidores dixeron en la dicha Junta que por cuanto el dicho Valle tiene dado e otorgados poderes cumplidos a Juan de la Nava, e Hernán Guerra e Sancho de Cos "el Mozo", e Rodrigo de Cos e Felipe de la Concha , e otros procuradores contenidos e declarados en los poderes dados y otorgados sobre razón de el litigio e procurar el pleito e causa que el dicho Valle ha tratado e trata con el Ilustrisimo Señor Duque del Infantado, Señor de dicho Valle sobre razón de la propiedad, señorío e jurisdicción cebil e criminal del dicho Valle e sobre las otras causas e razones contenidas en el proceso del dicho pleito.......................etc.
NOTA ACLARATORIA E IMPORTANTE:
Lo transcrito en copia literal de acta de La Junta General de los Concejos del Valle de Cayón celebrados en la fecha señalada de 28 de Junio de 1.556 en la ermita de San Antonio, redactada en castellano antiguo, sin apenas comas ni puntos y con faltas de ortografía por lo que deberá ser leída despacio y con atención.
Con este documento, recogido en las páginas del libro titulado "EL PLEITO DE LOS VALLES", editado por el Ayuntamiento de Reocín y recopilado por D. Rogelio Pérez Bustamante, así como por D. Agustín Sánchez Obregón, se demuestra la antigüedad de esta ermita de San Antonio Abad, la cual se tenía como del siglo XVIII y resulta ser en el XVI ya se utilizaba como lugar de reunión.
El libro antedicho recoge toda la documentación del citado Pleito, el cual duró 150 años en resolverse ( de 1404 a 1555). Los pergaminos y cuadernillos originales se conservan en la Biblioteca "Menéndez Pelayo" de Santander y han sido traducidos y puestos a la luz de todos los montañeses en valioso volumen de 702 páginas, de las que se están entresacando todo lo referido al Real Valle de Cayón.
HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LA ERMITA DE SAN ANTONIO ABAD, EN LA ABADILLA DE CAYÓN.
Esta capilla está situada en el centro del pueblo, en el barrio que lleva su nombre y tuvo su origen, según datos históricos y fidedignos, en los años cincuenta del siglo XVI. (Ya consta en un acta del Pleito de los Valles" los acuerdos de los "Concexos" del Valle, allí reunidos el día 28 de Junio de 1.556)
En los terrenos en que está enclavada se celebraban antiguamente todas las ferias y mercados de la comarca cayonesa. Tenían lugar un mercado cada mes y ferias en Enero (San Antón) ; en Abril (San Marcos) y en Octubre, (San Francisco). Giraba entonces la vida local en torno al calendario agrícola-ganadero y es lógico la dedicación de la ermita a San Antonio Abad.
En su entorno, se edificaban años más tarde unas construcciones llamadas "tejavanas" para hacer las transacciones "asubio", es decir, protegidos de la lluvia.
Muchos años después, desde aquél lugar se trasladaron a Sarón, al sitio donde ahora está el actual "mercado" y las ferias se hicieron mensuales en el "robledal" de el "ferial".
Esta ermita de San Antonio es la más popular y de mayor devoción de los ganaderos, habiendo pasado por diferentes vicisitudes.
Primero, se abandonó su primitivo origen comunal y pasó a depender su culto en manos de particulares; la familia Saro-Galbán (de la que era hijo el fundador de Sarón, D. Juan Antonio Saro Galbán) la estuvo patrocinando hasta la muerte de la madre de éste, Dña. Margarita Antonia Saro Galbán, que en su testamento ordenaba ampliar "la capilla de San Antonio, dotando las obras con seis mil reales".
Luego fue la familia de Dña. Paquita de la Portilla, que custodiaba sus ornamentos y ropajes en domicilios particulares dependientes de dicha señora, siendo utilizados éstos, únicamente, los días de "función". Posteriormente, también esta familia desapareció por completo y el recinto sagrado casi se convirtió en una ruina; se decía Misa, únicamente, el día del Santo y no todos los años.
Años más tarde se fue restaurando la capilla a expensas de los convecinos del "barrio" y los gastos del culto del día del Santo, en su primera Misa eran sufragados por D. Mariano Penagos, más conocido como "Mariano Patata", y tenía que oficiar ésta, el señor cura de Argomilla, D. Antonio, el cual, también por tradición, efectuaba su desayuno en casa de Mariano. La Misa Mayor, con sermón y procesión, eran luego a cargo del Sr. Cura Párroco. D. Estanislao Gómez.
En esta tercera época la previsión de "fondos" para la fiesta se efectuaba con la rifa anual de una cría de cerdo, cuyo "eslogan publicitario fue: "POR UNA PESETA UN CHÓN". El promotor de esta nueva etapa fue el vecino del "barrio", ya fallecido, D. José Gutiérrez, más conocido como "el señorito", benefactor de la ermita, de la Parroquia y del pueblo.
Restaurada con ello la capilla se la dedica plenamente al culto religioso y se celebra Misa casi diariamente así como el rezo del santo rosario y hasta bautizos, bodas y primeras comuniones se han oficiado en ella.
Tiene la ermita dos tallas más entrañables para los vecinos: La imagen de su titular SAN ANTONIO ABAD, tallada en madera, primorosamente pintada y creemos, toda ella de una sola pieza; asimismo también es muy curiosa la figura del "cerdito" que acompañaba al Santo en su vida de retiro y oración. La otra es una Purísima Concepción, muy peculiar en su postura y talla, perfectamente policromada.
El "coro" también es muy bonito, curioso y de gran mérito por los trabajos de marquetería que componen el mismo. La escalera que sube al coro es muy peculiar, es de caracol y hacía las delicias de los niños al subir a tocar las campanas por tan singular forma. El Altar es el clásico del siglo en que se efectuó la última reforma, s. XVIII; está adosado a la pared frontal y le complementan las imágenes de San Fidel de Sagmaringa, San José y rematando el mismo en lo alto, la figura de San Francisco.Tiene también un confesionario de gran originalidad.
Y en el año 1995 se llevó a efecto otra restauración a fondo de sus muros, viguetaje y tejado. Se picaron las paredes descubriendo la piedra, se hizo un rejunteo de todas ellas y se dotó a la capilla de una buena instalación eléctrica y tillado del techo. Esta obra la efectuaron los vecinos del pueblo y del barrio, con su trabajo personal desinteresado. Es de "bien nacidos el ser agradecidos" y por ello se hace constar sus nombres en esta pequeña crónica:
D. José Gómez. (Pepin, el de Maruchi o María Fé)
D. Tomás Martínez.
D. Francisco Alonso. (Pancho el Guarda ríos)
D. José Luis Samperio. (Curro)
D. José Ventayol. (Pin)
D, Benito Obregón (Benito el de los bolos)
D. Adolfo Herrero.
D. Santiago Saro.
D. Alfredo Ruiz.
D. Mariano Cobo.
D. José Manuel Fernández. (Loli)
D. Pedro Sánchez. (El andaluz)
D. José Luis Samperio Ocejo.
D. José Ramón Escalada
El sacerdote D. Ramón Goicoechea, cura párroco que fue de La Abadilla, Santa María y La Encina, siempre tuvo un cariño especial por esta ermita y por las fiestas tradicionales de San Antonio Abad, haciéndolas renacer en una época en que se estaba perdiendo la tradición, allá por el año 1980, junto con los vecinos del barrio, entre ellos "El Marullo", gran apasionado de estas tradicionales fiestas.
Se hicieron exposiciones ganaderas, los tradicionales tiros y arrastres de caballerías, a las que se les ponían unas cargas de peso según sus categorías, y quienes más lejos las llevasen, ganaban. Las exposiciones de ganado se celebraban por la mañana, después de la misa y bendición de los animales. El arrastre siempre es por la tarde.
Don Ramón por su parte, dijo misa todos los días en esta ermita y dedicó muchas horas a su arreglo.
Hacer también mención especial a Agustín Sánchez Obregón, historiador del Valle de Cayón, a quien apasionó nuestra historia y cuyos estudios tan necesarios y útiles han hecho posible este relato.
Y por último, como homenaje al sacerdote ya fallecido, D. Estanislao Gómez Crespo, que también tanto hizo por la conservación de éste patrimonio histórico-cultural, escribimos unas estrofas del "Himno" al Santo que él compuso:
Oh Bendito San Antonio,
cual antorcha refulgente
ilumina nuestra mente
líbranos de todo mal ...
guíanos por buen camino
a la patria celestial.
Tu repartiste grandes riquezas
y despreciaste lo terrenal
tu que proteges nuestros ganados
¡líbralos siempre de todo mal
Oh Bendito San Antonio.....