La afectuosa y artista gobernanta del balneario de
Liérganes
Domingo, 12 de marzo
2023, 01:0
El fallecimiento de
Eva Mantecón ha llenado de tristeza tanto a su familia como a quienes
trabajaron con ella, la trataron o fueron sus amigos. Entre ellos figuran Gilda
Ruiloba y Miguel Mirones, quienes se han querido unir en un breve homenaje a la
amiga desaparecida.
Miguel Mirones
recuerda que Eva ha sido la gobernanta del Gran Hotel Balneario de Liérganes
desde su primera rehabilitación a principios de los años noventa. «Eva y yo
llevamos trabajando juntos desde que monté mi primer negocio en 1987, El Palacete,
y me ha acompañado en todas y cada una de mis aperturas empresariales en
Cantabria y en los sucesivos balnearios que se han ido incorporando a Relais
Termal». Relata Mirones que en su memoria «quedarán para siempre mis largas
conversaciones con ella, en las que siempre desde la lealtad, me trasladaba lo
que pensaba de cada una de las situaciones personales y laborales que hemos
compartido tantos años». A partir de esas charlas, nació una amistad «forjada
en esas cosas no escritas en ningún sitio pero que se resumen en el compromiso,
la lealtad, la responsabilidad, el esfuerzo solidario y el mutuo respeto y
hemos buscado soluciones a cuantos problemas la vida nos ha ido poniendo
delante».
«Querida Eva, no
dejaré de verte cada vez que pise nuestro parque del Balneario de Liérganes, ni
de oír tu voz recordando nuestra charlas, ni tu risa cuando recordábamos tantas
anécdotas que hemos compartido», concluye Mirones.
Entre quienes evocan
el carácter afable de Eva están muchos de los empleados del Balneario de
Liérganes, ya que no sólo fue su jefa, sino que «fue la persona que les
comprendió y organizó el trabajo siempre con mucho respeto y afecto» hacia sus
subordinados, lo que hace que estos días lamenten su pérdida, recuerda Gilda
Ruiloba. Amiga de la infancia en Sarón, su localidad natal, Gilda recuerda que
Eva fue quien le dijo: «Tú puedes hacerlo», animándola así a publicar sus
escritos en su primer libro, 'La casona de Herrán', un volumen que vio la luz
gracias al empuje de Eva.
Su amiga recuerda de Eva su habilidad con el dibujo, tanto que colaboró con
sus trabajos en varios volúmenes del libro coral de la Sociedad Cántabra de
Escritores. Cuenta Gilda que «Eva era una mujer de carácter, generosa, muy fiel
a sus convicciones y amiga de sus amigos, a quienes trataba como si fuera una
hermana». También era una vecina popular. «Siempre estaba dispuesta a ayudar»,
destaca Ruiloba. «Es una persona que supo vivir su vida con intensidad porque
amaba la vida y la vivió siempre libre», resume.