domingo, 6 de febrero de 2022

 




 UN HÉROE DESCENDIENTE DE ABIONZO

      Hoy quiero hablar de la familia Güemes que partieron a las Américas, concretamente de D. Gabriel Anselmo de Güemes Montero Bárcena y Campero nacido en Abionzo de Carriedo el 21 de mayo de 1748, hijo de D. Manuel de Güemes Montero y de Dña. Francisca de Bárcena Gómez Campero y Zorrevilla, ambos nacidos en Abionzo, quien a los 29 años se traslada al citado continente tras servir al rey Carlos III desde los 22 años, gozando de experiencia en la Tesorería de Madrid, es designado por el monarca a petición del conde de Floridablanca para ocupar el cargo de Tesorero Oficial Real de las cajas Principales de Jujuy, que pertenecían a la Ceca de la Villa Imperial de Potosí (Bolivia).   Emprende el viaje junto a un criado, José Gómez, habiéndole prestado el dinero necesario para poder desplazarse su colega y paisano José Gutiérrez de Arce (Administrador de las Rentas provinciales de Burgos) y desde el puerto de Cádiz se trasladan a Buenos Aires. El 31 de mayo de 1778 se casó en Jujuy a los 29 años con Dña. Magdalena Goyechea y La Corte, de ascendencia española y portuguesa, tuvieron nueve hijos y el segundo fue Martín Miguel quien llegaría a ser el General Güemes. Hay certificados de Hidalguía de esta Ilustre familia en la Real Chancillería de Valladolid.

     El General Martín Miguel Güemes Montero de Goyechea y La Corte, nació en Salta el 8 de febrero de 1785, héroe de la Independencia Argentina, muerto en combate a la edad de 36 años el 17 de junio de 1821. Fue el único General muerto en contienda en la historia del país. Durante seis años desempeñó el cargo de  gobernador de Salta. Comenzó a los 14 su andadura militar y se enroló en el Regimiento Fijo de Infantería. Güemes participó en la Reconquista de Buenos Aires y desempeñó un papel fundamental en la “Guerra de la Independencia” apoyando el plan del General San Martín “El Libertador”, con su caballería Gaucha, encabezando la “Guerra Gaucha” guerra de guerrillas que contaba con el apoyo del pueblo. Cruzó los Andes en el Norte de Argentina. Su hermana conocida como Macacha Güemes fue una heroína que animó a los salteños seguidores de la Independencia, y tuvo gran importancia en la vida militar y política de su hermano, pues gozó de una destacada trayectoria pública. Es reconocida como una de las mujeres más importantes de la Independencia Argentina y de la provincia de Salta. Hay diversas calles y plazas que la rinden homenaje llevando su nombre.

     El General Martín Miguel Güemes se casó con Dña. Carmen Puch y Velarde el 10 de julio de 1815 y tuvieron tres hijos. La familia de su esposa descendía del célebre conquistador y fundador de Jujuy, Capitán D. Francisco de Argañaraz y Murguía perteneciente a la Casa-Torre de Argañaraz en Amézqueta (Guipúzcoa)  

     Al conocer su esposa Carmen Puch, el fallecimiento de su amado, se encerró en su habitación en la finca familiar y falleció el 3 de abril de 1822 a los 25 años. Se dice que se dejó morir de hambre, posiblemente víctima de una depresión causada por la ausencia de su gran amor. Sus restos descansan junto a los de su esposo en el Panteón de las Glorias del Norte de la República, en la Catedral Basílica de Salta.

     El día 17 de junio es fiesta desde 2014 en Salta y desde 2016 en toda Argentina en conmemoración del “Paso a la inmortalidad del General D. Martín Miguel de Güemes”. Igualmente, el 17 de junio se le honra por defender y recuperar Tarija, de las fuerzas españolas y ayudar al montonero Gaucho Chapaco, Eustaquio Méndez. El 22 de agosto de 2006 se declara a Güemes “Héroe Nacional de Argentina” 

     Güemes tiene varios monumentos y calles repartidos por varios lugares del mundo, pero sin duda el más importante está en la ciudad de Salta. Al final del Paseo Güemes, a los pies del Cerro San Bernardo, donde el General cayó por primera vez de su caballo mientras cabalgaba herido de bala a la Cañada de la Horqueta, donde murió unos días después, a la intemperie, en un camastro improvisado tras negarse a ordenar el alto el fuego contra los realistas, que le ofrecieron a cambio, llevarlo a Buenos Aires donde recibiría el mejor tratamiento, pero él reunió a sus oficiales en presencia de los contrarios y les hizo jurar que nunca aceptarían ningún trato para beneficiarles  en su tierra. Apenas una semana después de su muerte sus hombres obligaron al enemigo a evacuar Salta, y aunque Güemes no lo vio, finalmente venció.