miércoles, 6 de mayo de 2020


    





                     OPINIÓN DIARIO ALERTA

     Desde el confinamiento en mi hogar, he podido ver a través de los medios de comunicación el primer día de la salida de los niños a la calle con sus padres. Francamente, se me ha helado la sangre. ¿Cómo es posible tanta irresponsabilidad? Comprendo que todo el mundo está ansioso por salir, pero por favor, no doy crédito a lo que mis ojos han visto. Calles repletas de niños y adultos sin guardar las distancias, padres sentados junto a otros progenitores en alegre conversación, sin ningún tipo de medidas de protección ni seguridad. Yo me pregunto: ¿Para qué han servido tantos días de confinamiento? ¿Es qué vamos a echar por tierra el sacrificio de tantas y tantas personas por un puñado de irresponsables? En esta ocasión las fuerzas de seguridad, sin duda, se han relajado mucho. Porque ¿Cómo es posible que no haya habido una vigilancia exhaustiva en este primer día de salida a la calle? ¿Cuánto tiempo más tendremos que estar en nuestras casas si la gente sigue comportándose incívicamente? ¿Es qué no se dan cuenta que de seguir así seguirán los contagios? No puedo comprender que sean tan irresponsables, cuando tienen en sus manos la custodia de algo tan sagrado como son los niños.
     Lo que más me llama la atención es que durante toda la cuarentena, a las ocho de la tarde, todos los españoles hemos salido a nuestras ventanas o balcones para aplaudir  en señal de gratitud y homenaje a nuestros sanitarios y tantas personas que han estado cuidándonos y arriesgando sus vidas para protegernos, y resulta, que en un momento, lo hemos olvidado todo y estamos volviendo a nuestra vida de siempre, sin darnos cuenta que las cosas han cambiado, pues el virus sigue ahí, al acecho de quien se despiste. ¿Es que se nos hacen poco las personas que han fallecido? ¿Se nos ha olvidado que el cariño y agradecimiento a nuestros ángeles guardianes de la salud no ha terminado con la salida a la calle? ¿Es que queremos volver a poner sus vidas en juego por nuestra irresponsabilidad?
     Afortunadamente, no todos los padres han tenido esta aptitud, también los hay que han salido con sus hijos en horas no puntas, en las que todo el mundo estaba en la calle, y han tenido a sus hijos alejados y guardando las distancias. Para ellos va mi felicitación y agradecimiento por procurar que el contagio no siga.
                                                Gilda Ruiloba