POLÍTICOS CON MAYÚSCULA
Recientemente hablaba con un amigo que vivió
la transición política española desde cerca, fue una época muy difícil, una
etapa de muchos cambios, pues recién salíamos de una dictadura, de hecho, el
primer presidente Carlos Arias Navarro, venido del régimen franquista, se vio
obligado a presentar su renuncia por petición del rey Juan Carlos I, ya que no
se adaptaba a los nuevos tiempos y se negó a hacer reformas. Fue nombrado
Adolfo Suárez nuevo presidente y se encargó de hablar con todos los líderes de
los diferentes partidos de la oposición, así como con las fuerzas sociales, con
el objetivo de instaurar un régimen democrático. Era una época muy complicada,
en la que se pretendía, por un lado, curar las viejas heridas entre los
ciudadanos de uno y otro bando y hacer una España en la que todos tuviesen
cabida, por otro lado, la economía se había agravado y la inflación superaba
con creces el 30 por ciento anual. Y con
esta difícil situación lidiaron los padres de la transición. Políticos con tan
diferentes ideologías como fueron el conservador Manuel Fraga Iribarne que
había sido ministro en la dictadura de Franco o Santiago Carrillo Solares que
fue secretario general del Partido Comunista de España, todos ellos fueron
capaces de renunciar a muchas de sus ideologías por el bien común, por hacer
una España democrática y próspera. Una nación moderna. Firmaron los Pactos de
La Moncloa y así como trajeron la modernización, dieron paso a uno de los
periodos más largos de prosperidad de toda nuestra historia. Fueron unos
políticos con mayúscula. Y ahora desde mi reclusión veo a los de nuestra época
y no me queda más que añorar a los anteriormente mencionados. Ellos fueron
políticos de alta visión, fueron generosos en sus renuncias por el bien común y
ahora en una situación que no tiene nada que ver con la anterior, pero que es
de gran gravedad por esta pandemia que nos tiene a todos recluidos en nuestras
casas, donde tanto los muertos como los contagiados se cuentan por miles, las familias están
destrozadas por haber perdido a sus seres queridos, generalmente los abuelos
que tanto lucharon para levantar este país y hacer posible la democracia que
disfrutamos, ellos perdonaron y curaron sus heridas, se abrazaron a la libertad
y democracia y se hicieron amigos de sus rivales. Y ahora que nuestro país está
tocado por la enfermedad y las consecuencias económicas que nos va a dejar esta
pandemia, además de todo esto, tenemos que sufrir a la clase política que dan
prioridad a sus ideologías de partido, antes que a las necesidades de su
pueblo. Nuestros ciudadanos están tocados por el dolor y el miedo y solo deseo
que estos señores mediten muy bien sus actos, y piensen que sus palabrerías y
poca unión, no nos llevan a ningún lado, y cambien el rumbo de hacer política
para volver a construir un lugar cómodo y próspero. Los españoles como siempre
hemos hecho a través de los siglos, curaremos nuestras heridas y nos
levantaremos con más fuerza que nunca, pero no perdonaremos que en estos
momentos tan dolorosos los políticos pagados con nuestros impuestos no hayan
estado a la altura.