domingo, 19 de septiembre de 2021

 





  LOS IMPUESTOS A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

     Recientemente buscando datos sobre los impuestos en los valles pasiegos me encontré con la curiosidad de que en el Ayuntamiento de Saro al igual que hoy, las cuentas estaban saneadas y así nos lo cuentan allá por el año 1893.  “Pocos Ayuntamientos habrá que gocen de vida tan desahogada y próspera como el Ayuntamiento de Saro. Sin agobiar al contribuyente en lo más mínimo, satisface al día todas sus obligaciones y tiene sobrantes en depositaría algunos miles de pesetas”.  En aquella época era alcalde el joven D. Aurelio Obregón y Rapado, hijo de una conocida y estimada familia del valle. Este joven estuvo varios años en la República mejicana y consiguió una desahogada fortuna que le permitió vivir con holgura, dedicándose al servicio del Ayuntamiento que le vio nacer.

     Por el contrario, en el Ayuntamiento de Villafufre había un déficit de cinco mil ciento treinta y nueve pesetas con trece céntimos, y para reparar esta deuda dispone dicha corporación con fecha nueve de mayo de 1894 solicitar del gobierno un impuesto en aquel distrito, sobre la yerba y la leña de todas clases que se consuma durante el próximo ejercicio. Esto causó gran malestar entre los contribuyentes, pues no comprendían como se podía seguir gravando a sus maltrechas economías y miserables patrimonios, y todo por una pésima administración de lo público. Lo que nos hace ver que el tiempo pasa, pero los errores y mala administración de nuestros políticos siempre los paga el pueblo. “Cualquier día nos van a cobrar por respirar, nos van a poner un contador según la estructura corporal y pulmonar de cada individuo, y a pagar”, decían.

     En la tarde del 30 de junio de 1894 llegó en “El Correo” a Santander, el fabricante de quesos que se puso al frente de la quesería de La Molina en Vega de Villafufre. Los jóvenes Agustín y Daniel Martínez, hijos de la propietaria doña Natalia García de Martínez, ya anteriormente habían anunciado las obras para la instalación de la fábrica de queso y manteca y la ubicación en este lugar, elegido entre varios, por su situación topográfica y la solidez y amplitud del edificio. Debido a la precariedad económica de dicho Ayuntamiento se le invitaba para que no se le ocurriese para saldar sus deudas “o para levantar algún muerto, matar a la nueva industria con intempestivos arbitrios”. Más bien se les incitaba a atender con preferencia la riqueza pecuaria para que sus productos llenaran las necesidades del mercado.

     Conocemos también que la Administración de Hacienda de la provincia de Santander, habiendo pasado el plazo reglamentario que señalaba el decreto de 10 de agosto de 1893, para que los dueños y poseedores de carruajes de lujo remitan a la administración de Hacienda de la provincia si los han de usar ordinariamente en la capital, o al alcalde del pueblo en que se han de utilizar, una relación por duplicado que exprese: 1º. Número de carruajes de lujo que posean. 2º. Denominación o clase de los mismos. 3º. Número de los que han de utilizar y de los que se hayan precintados. 4º. Si está construido para poderse enganchar en él, una sola caballería o más de una. 5º. Uso a lo que se dedica (propio, alquiler, industrial o agrícola). 6º. Pueblo, calle y número en que están situadas las cocheras.

     Hubo épocas en que las arcas públicas del Estado estaban tan maltrechas debido a las diferentes guerras y mala administración, reyes que relegaban en sus hombres de confianza y que en muchas ocasiones eran muy torpes o demasiado avispados, y dejaban grandes grietas en los erarios del Estado. Para sanear estas cuentas, y volver a llenar las arcas, sus mentes no dejaban de trabajar pensando de donde podían arañar unas monedas, mediante los impuestos a la ya muy maltrecha plebe, y surgían las más diversas maneras, entre ellas se llegaron a gravar a las puertas y ventanas, esto dio paso a que se construyesen las casas con menos ventanas y las que había se tapiasen con piedra o ladrillos, la poca ventilación dio paso a graves problemas de salud, por lo que se vieron obligados a suspender dicho impuesto. A lo largo de la historia muchos e insólitos han sido los tributos, incluso se gravó la soltería.

     La idea de que el Estado o sus gobernantes cobrasen dinero a sus ciudadanos a cambio de servicios públicos nació en el Antiguo Egipto hace unos 5000 años. Pero como muy bien dijo Benjamín Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, “hay solo dos cosas que están garantizadas en la vida: La muerte y los impuestos”.

 

    


domingo, 29 de agosto de 2021

 






  EL CAPADOR EN VALLES PASIEGOS

     El cerdo o “chon” como lo conocemos en los Valles Pasiegos ha sido la base de la alimentación en este territorio. En prácticamente todas las familias se criaba uno, con él, estaba asegurado el sustento del año. El cerdo tiene muy poco desperdicio, prácticamente se aprovecha todo, con las morcillas, chorizos, tocino, costillas, lomos, solomillos…la casa estaba abastecida, las mujeres ponían en tinajas de barro los chorizos y filetes de lomo metidos en aceite que servirían para alimentarse en el verano, cuando venían los tiempos de la yerba y no había tiempo de hacer la comida.

      La matanza del chon era todo un acto social, recuerdo que en casa de mi abuelo Manolo se reunían vecinos, amigos y familia, era un día de mucho trabajo, tanto para los hombres como para las mujeres, ellos se ocupaban de la matanza y el despiece, y ellas preparaban todo para hacer las morcillas. Ese día también se daba un festín, todos comiendo en el gran comedor ante una larga mesa, repleta de ricos alimentos, pasados unos días te llevaban a casa la “envuelta” que consistía en unas morcillas, una “hebra” o trozo de carne, otro de tocino, un hueso y si ya estaban hechos los chorizos, una riestra de ellos para hacer un buen cocido montañés o lo que viniese a bien. Las familias receptoras lo recibían con gran júbilo. Y siempre quedaban bien diciendo: “Me has traído mucho, no tenías porque darme tanto, además ya comimos ese día en tu casa, me has traído medio chon ¡Menuda envuelta! Qué rico". La dueña o dueño de la matanza contestaba: “Ya, pero ese día no lo probamos porque estaba caliente, y comimos unos filetes de ternera. Ya me dices como están las morcillas, yo creo que le hemos dado un buen punto”.

     Pero para que la carne del cerdo estuviese rica, con buen sabor, cuando el chon era pequeño había que castrarlo.

     En casi todas las zonas de los Valles Pasiegos había un capador que se dedicaba a estos menesteres. Recuerdo muy vagamente, pues yo era muy pequeñita, que en el valle de Cayón Esteban Colsa, a quien todos conocíamos como Esteban el capador,  era quien se encargaba de esta profesión. Era un hombre alto, corpulento, y estaba casado con Malia, a quien también se conocía en la zona como Malia la capadora. Siempre me llamó la atención en su casa de estilo montañés, en el portal por el que se accedía a través de un arco de piedra, aparcado un gran carruaje de madera con unas enormes ruedas del mismo material y en la circunferencia o aro, una lámina de metal. 

   Éste, en la actualidad, es un oficio ya desaparecido que han heredado los veterinarios. Con el paso del tiempo y la modernidad las viejas costumbres van desapareciendo.

     Con la castración del cerdo se evita el olor sexual presente en algunos machos, otro de los beneficios era la prevención de la reproducción no deseada si hubiese alguna hembra, pues en algunas familias se criaba más de un cerdo, uno era para el consumo y el otro lo vendían cuando ya estaba para matar, sacándose unos buenos dineros o sobresueldo que tapase algún agujero de la precariedad familiar en aquellos tiempos. Otra de las ventajas de la castración era la reducción de los comportamientos agresivos y consecuentes heridas y la conducta de monta.

     Los machos eran muy fáciles de capar, no así las hembras, que era mucho más complicado. Este oficio de capador se transmitía de padres a hijos o a amigos de viva voz y por la experiencia y estaba vetado para las mujeres. 

      La base fundamental para aprender este oficio eran "la vista y la práctica” nada mejor que observar a quien ya sabía y era todo un maestro en estos menesteres y posteriormente practicar bajo su supervisión. 

     En otras provincias o regiones en las que el cerdo tenía gran importancia, como por ejemplo en Extremadura, fue un oficio ambulante y al igual que a los cerdos se castraba a burros, mulos, cabestros…Se capaban en primavera y otoño. Usaban un chiflo para anunciarse como el de los afiladores, pero con diferente melodía para diferenciarse de ellos. Las herramientas utilizadas para estos menesteres eran tenazas, cuchillos o navajas.

    


domingo, 15 de agosto de 2021

 




APIA SÁNCHEZ DE MIRANDA

     Muchas han sido las personas que salieron de nuestra tierra para procurarse un mejor modo de vida, un gran número de ellas alcanzaron gran fama y prestigio triunfando en aquello que emprendían. Este es el caso de Serapia Sánchez de Miranda a quien hoy quiero hacer un pequeño homenaje. Nació en el año 1924 en Penagos. Ya cuando vino al mundo escogieron para ella un nombre que en un futuro definiría su personalidad. Serapia fue una antigua divinidad egipcia que significa “hija del sol”, por otro lado, es el nombre genérico de origen griego que se otorga a una orquídea con forma de corazón. Estos dos conceptos encajaban muy bien con nuestra protagonista de hoy, ya que fue una mujer que destacó por su gran belleza al igual que las orquídeas, y brilló con luz propia como si de la hija del sol se tratase.

      Siendo joven se va a Roma donde conoce a su esposo. Como buena artista que fue en el mundo de las letras toma el seudónimo de Apia. Tal vez como abreviatura de su nombre, o como algo más artístico y pomposo como era tomarlo de la vía Apia, que fue la reina de las grandes calzadas romanas y que se convirtió en el símbolo de la república trayendo consigo estabilidad, paz y libertad al Imperio.

    Al contraer matrimonio fija su residencia en Roma. Apia Sánchez de Miranda triunfa en el arte de las letras y son varios e importantes los premios que recibe. Por su primer volumen “Finestra sul Orizonte” ya premiado en Roma, el Ateneo de Santander le otorga la Placa acreditativa como “Personalidad Montañesa” del año 1978. Recibe además en Roma el Premio de la Presidencia del Consejo de Ministros por su colaboración en la Cultura.

     Varias son las obras en poesía y prosa de la autora entre las que podemos encontrar en la primera: Finestra sull´orizzonte, Genuflexión, La Puerta Mágica, Senderos de Amor, El manantial de los Pájaros.

     En narrativa: Más allá del Bosque encantado, Surcando las Rutas del Misterio, El Amor vence la Muerte, Vida de un Amor santificante.

     Apia describe su poesía como voz arcana del alma, como sentimiento indescriptible de los momentos vividos del poeta, como voz silenciosa y palpitante de nuestra sangre.

     Yo conocí a nuestra escritora y poeta de hoy, el ocho de septiembre de mil novecientos ochenta y seis en la presentación de su libro de poesía “La Puerta Mágica” en el Palacio de la Magdalena en Santander. Recuerdo su gran belleza y extraordinario parecido con Gina Lollobrigida.

      Este poemario de “La puerta mágica” de la historia, a través de la cual pasa el amor, el dolor, la alegría o el llanto, las esperanzas y las desilusiones. Soñando con los ojos abiertos, o viviendo horas dramáticas.

      En estos poemas habla mucho de   Cantabria, otros se los dedica a su madre, a su padre, también a su hermana María que fue soprano, a sus amores…

     Para finalizar este pequeño homenaje a la gran escritora nacida en Penagos, donde vivió hasta su juventud y que visitó asiduamente su tierra, adorando contemplar ese mar Cantábrico a quien le dedicó varios poemas, entre ellos: “Mar de mi Cantabria”.

      Quiero ofreceros este hermoso poema:

“MADRIGAL”

¡Amor; amor sublime que tu donar sabías,

Sin pálpito y sin brazos, amor sin melodías,

De aquel amor hermoso que te ofreció Clarisa,

¡Menospreciaste todo hasta una rosa pura!

 

¡En aquel prado inmenso cuajado de vergeles,

De mil colores eran las flores entre el verde,

Ameno paraíso de árboles y ríos,

¡Poemas de aquella ave que tu soñaste un día!

 

¡Un alba con destellos sonaban los violines,

Conciertos deliciosos áureos atardeceres,

Tú no escuchaste nunca ni ritmo ni armonía,

 

 

Del manantial hermoso el agua no bebías,

Sin sed tú no podías gustar viva frescura,

¡De aquel cáliz precioso evaporo la linfa!

 

 

 

 

 

    

 

 


domingo, 1 de agosto de 2021

 




  LA MOLINA DE VEGA

     Recientemente leía con estupor la noticia de que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico había tomado la decisión unilateral, con el apoyo del Gobierno de Cantabria, de derribar la presa de La Molina de Vega de Villafufre en el valle de Carriedo, sin dialogar, ni consultar previamente con la familia propietaria del molino harinero, ni con el Ayuntamiento de Villafufre. Esto me sorprendió, pues siempre he considerado que una democracia no solo consiste en elegir a nuestros representantes políticos, también en controlarlos, y no solo mantener nuestro patrimonio a base de impuestos, a cambio debemos de recibir una garantía de la protección de nuestros bienes, algo que, bajo el escudo o la disculpa del Plan de Impulso de Medio Ambiente para la Adaptación al Cambio Climático, creo que se están pasando por el arco del triunfo.

     El molino harinero de La Molina es todo un referente en el Valle de Carriedo, dentro de Los Valles Pasiegos. Es un edificio con mucha historia, primeramente, fue una fábrica muy importante de quesos y con el paso de los años se convirtió en un molino harinero cuando tan de moda estaban estos ingenios hidráulicos en nuestra tierra. Estos molinos revolucionaron la economía de nuestros valles al llegar a nuestra tierra el maíz, traído por Cristóbal Colón desde México de donde es originario.

     Si nos dirigimos al valle de Carriedo desde el valle de Cayón por la Hoz, nos introducimos en un paisaje que pareciese sacado de un cuento de hadas. A un lado de la carretera se encuentra el río Pisueña, custodiado por una preciosa montaña cubierta de espectaculares árboles, al otro lado, otra montaña con su denso bosque. Al circular por este lugar, nuestra mente no puede por menos que relajarse ante tanta belleza, cuando estamos absortos en ella, de pronto, pasamos una curva y ahí aparece ella, grandiosa, vigilante, con sus dos arcos de piedra prestos para dar paso a las aguas.

     Mi mente vuelve a mi infancia y recuerdo las horas pasadas en La Molina de Vega con mi abuelo Pepe, en la parte delantera del molino, en el corral, aún me parece ver aparcado el camión de mi predecesor, a la espera de ser cargado con la harina que el viejo molino estaba procesando. Más tarde sería llevada al almacén de piensos que mi abuelo poseía. En la larga espera, recuerdo a unos niños un poquito mayores que yo, una niña rubia de ojos claros me observaba con curiosidad. Yo en aquellos tiempos era muy tímida y no me soltaba de la mano de mi abuelo, él me preguntaba: -Mi hijita ¿no quieres jugar con esos niños? Yo le respondía con un gesto negativo de cabeza y me aferraba más a su mano. Él sonreía y me decía: -Te vas a aburrir, aún tenemos que estar aquí un rato. -No importa, le contestaba.

     La Molina de Vega ha estado presente en la vida de los vecinos de estos valles durante muchos años. Ese dique que quieren destruir por la tan traída y llevada actuación de mejora de reservas naturales fluviales y otros ríos de interés medioambiental, es de interés histórico para todos los vecinos de los valles pasiegos. Muchos disfrutamos enormemente con su contemplación y, por otro lado, es un muro de contención y control para las aguas en épocas de crecidas descontroladas que pueden acarrear muchos daños tanto al edificio de La Molina como a todo lo que pueden arrastrar a su paso. Deseo que esta decisión unilateral y antidemocrática pueda ser rebatida por la familia y el Ayuntamiento de Villafufre, estoy segura que tendrán todo el apoyo de los vecinos de los valles pasiegos tan arraigados a nuestras costumbres. “Porque conocer y conservar nuestra historia, es amar aún más a nuestra tierra”.


domingo, 18 de julio de 2021

 





   LAS FUENTES DE LA SALUD

     Siempre que hablamos de la riqueza de nuestra tierra pensamos en la ganadería, el turismo y la pesca. A lo largo de nuestra historia otras han sido también las fuentes de bienestar, así podemos descubrir las aguas minerales que en nuestra región son muy abundantes. Durante muchos años han gozado de gran fama y prestigio. Grandes personalidades del mundo de la política, empresarios y militares entre otros, han venido a nuestra tierra para disfrutar de sus poderes curativos, así podemos saber que estuvieron aquí la reina Isabel II, y el rey Alfonso XIII.

     Varios son los Balnearios que podemos disfrutar en nuestra tierra y que visitan gentes de diferentes rincones de España. Son lugares muy apropiados para relajarse y obtener beneficios para la salud y el bienestar. Generalmente están rodeados de hermosos jardines.

     En la comarca de los valles pasiegos podemos descubrir el Balneario de Puente Viesgo en el que ya era tradición su uso en el siglo XVIII. Actualmente está considerado como uno de los mejores de Cantabria. Adquirió gran fama por sus tratamientos que consistían en baños de agua caliente que aliviaban los dolores y donde la gente acudía deseosa de mejorar. Está enfocado principalmente para los problemas de circulación, respiratorios o reumatológicos. Estas termas fueron frecuentadas por el general Ricardo Vicuña Diego y su esposa.

     Recientemente buscando en mis archivos he encontrado un anuncio del año 1894 en que se ofertaban los baños en dicho Balneario y decía así: “La Estación Balnearia de Puente Viesgo y las acreditadas aguas de este Balneario están recomendadas por el Congreso hidrológico celebrado en Madrid el año de 1887, para las enfermedades del corazón y reuma.

     Están premiadas con la más grande distinción en las Exposiciones de París, Madrid y Barcelona y en las regionales de Zaragoza, León y Santander” y ofertaba la temporada oficial desde el primero de julio al 30 de septiembre. Su médico director era el distinguido hidrólogo Dr. D. Isidro Casulleras.

     El balneario de Alceda en el valle de Toranzo a orillas del río Pas se inauguró en el año 1880. Sus aguas cloruro sódicas, sulfúrico, azoadas surgen del manantial más caudaloso de toda Europa en su género. Su agua termal tiene una temperatura constante de 26,87ºC. Está especialmente indicado para tratamientos dermatológicos, respiratorios y reumatológicos.

      El de las Caldas de Besaya fue fundado en el año 1826, sus beneficios son conocidos desde la época romana, e incluso fueron utilizadas por la reina Isabel II en el año 1867 y su bañera aún se conserva. Sus aguas cloruro-bicarbonatadas, sódicas, azoadas y fuertemente radiactivas manan a una temperatura constante de 37ºC. Están especialmente indicadas para procesos reumáticos, respiratorios y de sistema nervioso. Igualmente, para problemas digestivos, dermatológicos y ginecológicos.

     En Hoznayo podemos encontrar que en 1880 el balneario de la Fuente del Francés, llamado Aguas de Hoznayo, adquirió gran fama en toda España. La fuente toma su nombre en honor a un clérigo francés huido durante la guerra de la Revolución Francesa. Este abate descubrió los efectos beneficiosos de las aguas para enfermedades del estómago, intestinales y de la vejiga.  Con el paso del tiempo decayó su popularidad y sus aguas eran vendidas en las farmacias.

     Otro de los mejores balnearios de Cantabria podemos encontrarlo en Solares, se considera la primera estación termal de Cantabria, pues ya en el siglo XII eran conocidos sus beneficios, indicados para tratamientos digestivos, metabólicos, diuréticos, antinflamatorios y del sistema nervioso. Sus aguas del manantial de Fuencaliente también se comercializan embotelladas como Agua de Solares.

     El Balneario de Liérganes está situado en uno de los pueblos más bonitos de España. Durante su reinado Alfonso XIII lo visitó con frecuencia, durante siete años junto con su familia. Se reservaba una zona del Balneario junto al manantial de la Fuente Santa y disfrutaba de los baños en una piscina para su uso exclusivo. En la actualidad ha sido totalmente reformada y modernizada y los clientes pueden disfrutar de ella conociéndola por “La Piscina del Rey”.

      Sus aguas son de mineralización fuerte, sulfuradas, cálcicas y sulfatadas, son ideales para tratamientos de reumatismo, problemas respiratorios y de piel.

     El de la Hermida está ubicado en el municipio de Peña Rubia en el Desfiladero de La Hermida, en el siglo XVIII ya eran conocidos sus usos terapéuticos y en 1842 se construyó la casa de baños. Sus aguas brotan de tres manantiales a 60ºC. Son aguas hipertermales clorurado-sódicos muy mineralizadas, están especialmente recomendadas para problemas del aparato locomotor (huesos, articulaciones y ligamentos), afecciones de la piel, enfermedades respiratorias y psicosomáticas y en patologías infantiles.

    

    


martes, 6 de julio de 2021






ESENCIA PASIEGA







Quiero daros las gracias por vuestra gran acogida de mi libro ESENCIA PASIEGA. Para las numerosas personas que me preguntáis donde se puede conseguir, deciros que se encuentra a la venta en las librerías de Santander TANTÍN, LA VORÁGINE, GIL, EL CORTE INGLÉS y en Sarón en DICAR y ESTANCO DE LOLY MAZORRA . También se puede conseguir en  www.edicionestantin.com  Muchas gracias por vuestro cariño y apoyo. Un abrazo

domingo, 4 de julio de 2021

 





   VICTORIANO SAÑUDO HERRERO

      Muchos han sido los hombres y mujeres que han salido de nuestra tierra, con la intención de mejorar sus vidas y las de su familia, procurando dejar atrás esa pobreza y miseria que en nuestros valles pasiegos se había arraigado. Soñaban con una vida mejor, y sin volver la vista atrás partían a otras regiones o naciones para luchar por sus sueños. Este fue el caso de Gavino Sañudo Herrero, natural de Selaya y de su esposa Ramona Herrero Crespo originaria de Tezanos de Villacarriedo. Ellos eran campesinos como la mayoría de las gentes de estos valles. Al casarse quisieron mejorar su situación económica y se trasladaron a Póo de Llanes en Asturias donde se establecieron regentando una mercería. Cuando Ramona se quedó embarazada de su primer hijo, no tuvieron ninguna duda de donde nacería, pues sus orígenes siempre estaban en su corazón, y decidieron que sus vástagos serían pasiegos por nacimiento.

     Cuando se acercó el momento del feliz alumbramiento regresaron a Pisueña donde nacería el 22 de junio de 1861 Victoriano Sañudo Herrero en la cabaña de su abuela materna.

     Asturias, al igual que nuestra tierra, fue cuna de emigrantes que partieron a hacer las Américas. Es en este ambiente donde crece Victoriano oyendo a diario las benevolencias de los indianos, lo bien que les iba, viendo esas casonas que se construían, y su mente juvenil ansía ser uno de ellos, tanto lo desea que el 25 de enero de 1875 con trece años embarcó en Santander a bordo del vapor francés Ville de Brest rumbo a América.

     Su familia muy amablemente, de manos de su biznieto Víctor Manuel Sañudo Díez, me hace llegar unos datos muy interesantes sobre la vida y estancia en América de nuestro protagonista de hoy.

     Después de un periodo de estancia en Cuba, tenemos conocimiento que se instaló en Ciudad de México en 1890, y como la mayoría de los emigrantes en sus comienzos trabajó como dependiente en comercios de paisanos. Entre sus amigos se encontraba un importante hacendado cántabro del valle de Soba, que falleció dejando a una viuda y cinco hijos pequeños. Al año siguiente Victoriano se casó con ella y vivieron todos juntos en la Hacienda, muy cerca de las famosas Pirámides de Teotihuacán. Su esposa fallece al poco tiempo sin haber tenido descendencia juntos. Victoriano permanece al frente de la gran Hacienda pulquera y ganadera hasta que sus hijastros tuvieron edad suficiente para hacerse cargo de ella.

     Tras dejar la Hacienda trabajó con harineros vascos en la Ciudad de México, pero sus deseos de triunfar le llevaron hacia el Puerto de Mazatlán, en el Pacífico mexicano donde trabajó con el montañés D. Antonio de la Peña durante cinco años como administrador de la compañía de Diligencias Generales de Occidente.

     Allí conocería a la que sería su segunda esposa, Refugio Barragán Garibay. Hija de un importante funcionario mexicano. Se casaron en la Catedral de Mazatlán en 1902 y tuvieron cuatro hijos: Maximino, Carmen, María, que falleció a los pocos días de nacer y Ramón.

     Dentro de su cometido en el trabajo estaba abastecer productos a lo largo del Pacífico mexicano y eso le llevó a entablar amistad con el que más adelante sería General de la Revolución Mexicana y presidente de México: el manco de Celaya, Álvaro Obregón. Victoriano suministraba de víveres al ejército y fue producto de esta amistad que recibió un mensaje de Obregón que cambiaría su vida. “Sañudo, el general fulano viene bajando hacia Mazatlán y anda fusilando a todo extranjero que se topa, así que agarre a su familia y se me va para México”. Al día siguiente se fueron con lo puesto, y vestido con uniforme de soldado federal, toman un tren militar con destino a Ciudad de México para no regresar jamás.

     Victoriano contaba con importantes amigos comerciantes asturianos, montañeses y vascos que le sirvieron para retomar nuevamente su actividad comercial. En 1922, uno de esos contactos D. José S. Razura, poderoso comerciante de Manzanillo, sin avisarle envió veinte furgones de sal (setecientas toneladas en total) para su venta en Ciudad de México.  Al conocer el carácter “echao pa´lante” de Victoriano, Razura le encomendó que los vendiera con prontitud. Este fue el inicio de una empresa salinera reconocida a nivel nacional: Sal Sañudo S.A. Sus tres hijos siguieron con ella haciéndola crecer. Unos años más tarde su hijo Ramón decide separarse e iniciar con otros socios una empresa de vinagre que también alcanzaría el liderazgo en México: Vinagres Vinal S.A.

     Victoriano falleció en Ciudad de México el 20 de agosto de 1937.