EL PESEBRE DE LOS POLÍTICOS
Recuerdo que hace ya unos años, en época
electoral, se presentó un miércoles en el Ferial de Torrelavega para hacer
campaña, nada menos que el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez. Tras
conversar y hacerse ver por nuestros ganaderos con esa sonrisa que le
caracterizaba, dialogaba y se interesaba por todo cuanto veía. Su objetivo era
como el de todos los políticos, arañar un puñado de votos entre los ganaderos
allí presentes. La prensa y medios de comunicación se harían eco de esa visita.
Tras las buenas palabras, saludos y sonrisas, el bueno de Suárez se acercó a
una ganadera, curtida por el trabajo en el campo y tal vez un poco cansada de
tantas promesas electorales por parte de todos los políticos, y ésta le espetó,
eso sí, con una sonrisa: “No sé que tiene este pesebre que todos quieren entrar
en él”.
Han pasado muchos años desde ese día en el
Ferial de Torrelavega, pero las cosas no han cambiado nada. Todos siguen
queriendo comer en ese pesebre. Se pelean, se insultan, tratan de desgastarse unos
a otros ante un pueblo hastiado de tanta desvergüenza. Los ciudadanos quieren
vivir en paz, tener sus trabajos con los que llevar unos sueldos dignos que les
permitan vivir sin sobresaltos, poder vivir tranquilos, compartir con su
familia y amigos buenos momentos cuando esta pandemia nos de la libertad para
hacerlo. No quieren ver broncas inútiles que a nada llevan, quieren soluciones
a los muchos problemas existentes. La mayoría no conoció la guerra ni las dos
Españas. Por desgracia quienes la conocieron ya han fallecido y muchos de ellos
en esta maldita pandemia, una gran mayoría en esas residencias en las que se
les confinó sin tener otra opción. Cerca de veinte mil muertos según los
últimos estudios. Ellos se perdonaron e hicieron esta democracia fuerte que
hemos disfrutado durante todos estos años, y parece que los políticos actuales
se quieren cargar, viendo sus actitudes. España no es de ellos, es del pueblo,
ni extrema derecha, ni extrema izquierda, ni partidos de centro. Como leía
recientemente “No hay dos Españas, si no tres: La de los unos, la de los otros
y la de los que estamos hasta los cojones de los unos y los otros”.
Estos políticos, nuevos políticos, incapaces
de hacer una política de altura en la que primen el trabajo, el bienestar, la
seguridad y sobre todo la tranquilidad de los ciudadanos. Están llevando la
situación a unos límites de crispación que de seguir así, van a poner en
peligro nuestra tan deseada y posteriormente disfrutada democracia. Ninguno
tiene la legitimidad de devolvernos a las dos Españas. Los españoles en su
momento votamos la democracia, nos abrazamos a ella y hemos luchado con nuestro
sudor, con nuestra actitud para hacer una España unida y próspera y no vamos a
consentir a ningún mequetrefe, sea de la ideología que sea, que destruya la paz
y la prosperidad que tanto nos ha costado conseguir.
Gilda
Ruiloba.