miércoles, 18 de julio de 2018



Diferentes fotos de las presentaciones de mis libros




























































Diversas publicaciones en "El Diario Montañés" escritas por mí sobre mi pueblo y Ayuntamiento








Publicación en el diario Alerta sobre la presentación de mi segundo libro "ANICETA"



Publicación en El Diario Montañés de mi segundo libro "ANICETA"





PUBLICACIÓN DE MI PRIMER LIBRO "LA CASONA DE HERNÁN" EN EL DIARIO MONTAÑÉS.

miércoles, 4 de julio de 2018





LIBROS ESCRITOS POR GILDA RUILOBA GUTIÉRREZ

"LA CASONA DE HERNÁN", "ANICETA", "HISTORIA Y GENTES DE UN BARRIO".



"La casona de Hernán" Libro de 50 poemas y 6 relatos cortos, de uno de ellos toma su nombre.                                                
                                              
  "Aniceta" Novela que comienza en 1880 en un pueblo castellano en el seno de una familia muy humilde, pero que no se resigna a la pobreza y la mediocridad. Es un libro que nos habla mucho de amor y generosidad para que la vida de su protagonista cambie. A lo largo de esta historia, nos traslada por diferentes vivencias, durante varias generaciones, nos habla de emigración, viajes, economía, guerra...Con un lenguaje muy sencillo y muy descriptivo nos lleva al disfrute de una obra ágil y fácil de leer que atrapa la atención en su lectura desde el primer momento. Un libro que no puedes dejar de leer, que resulta muy entretenido desde el principio al fin.                                     
"Historia y gentes de un barrio". Como su título muy bien nos indica es la historia de un barrio y sus gentes durante varias generaciones. En él se entremezclan el ayer y el hoy, el perfil de sus gentes, su carácter, sus ideologías. Sus vecinos más destacados por su contribución al bien común. Es un libro muy entretenido que no deja de llamar nuestra atención desde el principio al fin, con un lenguaje sencillo y ameno, nos hace introducirnos en su lectura de tal modo que pareciese que estamos en el lugar de los hechos.                                                 

miércoles, 13 de junio de 2018




REAL VALLE DE CAYÓN

       Según mis investigaciones , se dice que viene su realengo de la larguísima lucha que libraron junto con los otros ocho valles que compusieron la antigua merindad de los nueve valles de las Asturias de Santillana y que en la defensa del larguísimo pleito, casi 150 años, contra los herederos de la casa de la Vega, los Duques del Infantado (Marqués de Santillana) que pretendían someter a su jurisdicción señorial estos territorios. Todos los nueve valles de la antigua Asturias de Santillana, se llaman REALES, porque eran de realengo.
       El campesinado, hartos de la situación con los señores, se levantó en diversos pleitos contra la casa de la Vega-Mendoza ya que no querían pertenecer al señorío de Iñigo López de Mendoza. Durante el mandato de Leonor de la Vega, el tacto de ésta, había evitado la explosión de las quejas. Sin embargo, Iñigo, actuó con gran violencia en los valles, contra sus gentes y propiedades. Tomando posesión de ellos por las armas. Algo que no le perdonaron los campesinos, quienes querían depender directamente del rey.

       Tras el fallo favorable del pleito de Carriedo, decidieron apelar a la monarquía, los valles de Alfoz de Lloredo, Cabezón, Cabuérniga, Camargo, Cayón, Penagos, Piélagos, Reocín y Villaescusa. El pleito comenzó en 1438 y terminó en 1581. Se trató de una serie de pleitos en que primeramente fueron ganados por el poder señorial, pero finalmente se inclinó a favor de los valles. La devolución de los valles a la corona castellana, mermó el poder señorial en la zona. Siendo muy bien visto por la corona, que pretendía recuperar el poder en la zona norte.
       La ermita de San Antonio Abad en La Abadilla de Cayón, tuvo gran importancia en estos acontecimientos, ya que en ella se reunían los miembros del concejo para tomar toda clase de decisiones comunales, así como lo que se refería a las relaciones con los “señores” o representantes del rey.
       En 1630 Felipe IV otorgó a la provincia de los Nueve Valles el privilegio de regirse por alcaldes ordinarios.



                           Gilda Ruiloba.