Este rincón ha sido creado para recopilar todos mis escritos. Tener un lugar donde disfrutar y compartir mis visiones de la vida, en cada momento, mis alegrías, tristezas, ilusiones, tantas cosas que suceden en nuestras vidas y alrededor de ellas y que muchas veces pasan totalmente desapercibidas. Es para mí una satisfacción contar con este rincón, donde poco a poco iré compartiendo mis poesías, cuentos, y otros escritos.
miércoles, 4 de julio de 2018
LIBROS ESCRITOS POR GILDA RUILOBA GUTIÉRREZ
"LA CASONA DE HERNÁN", "ANICETA", "HISTORIA Y GENTES DE UN BARRIO".
"La casona de Hernán" Libro de 50 poemas y 6 relatos cortos, de uno de ellos toma su nombre.
"Aniceta" Novela que comienza en 1880 en un pueblo castellano en el seno de una familia muy humilde, pero que no se resigna a la pobreza y la mediocridad. Es un libro que nos habla mucho de amor y generosidad para que la vida de su protagonista cambie. A lo largo de esta historia, nos traslada por diferentes vivencias, durante varias generaciones, nos habla de emigración, viajes, economía, guerra...Con un lenguaje muy sencillo y muy descriptivo nos lleva al disfrute de una obra ágil y fácil de leer que atrapa la atención en su lectura desde el primer momento. Un libro que no puedes dejar de leer, que resulta muy entretenido desde el principio al fin.
"Historia y gentes de un barrio". Como su título muy bien nos indica es la historia de un barrio y sus gentes durante varias generaciones. En él se entremezclan el ayer y el hoy, el perfil de sus gentes, su carácter, sus ideologías. Sus vecinos más destacados por su contribución al bien común. Es un libro muy entretenido que no deja de llamar nuestra atención desde el principio al fin, con un lenguaje sencillo y ameno, nos hace introducirnos en su lectura de tal modo que pareciese que estamos en el lugar de los hechos.
miércoles, 13 de junio de 2018
REAL VALLE DE CAYÓN
Según mis investigaciones , se dice que viene su realengo de la
larguísima lucha que libraron junto con los otros ocho valles que compusieron
la antigua merindad de los nueve valles de las Asturias de Santillana y que en
la defensa del larguísimo pleito, casi 150 años, contra los herederos de la
casa de la Vega, los Duques del Infantado (Marqués de Santillana) que
pretendían someter a su jurisdicción señorial estos territorios. Todos los
nueve valles de la antigua Asturias de Santillana, se llaman REALES, porque
eran de realengo.
El campesinado, hartos de la situación
con los señores, se levantó en diversos pleitos contra la casa de la
Vega-Mendoza ya que no querían pertenecer al señorío de Iñigo López de Mendoza.
Durante el mandato de Leonor de la Vega, el tacto de ésta, había evitado la
explosión de las quejas. Sin embargo, Iñigo, actuó con gran violencia en los
valles, contra sus gentes y propiedades. Tomando posesión de ellos por las
armas. Algo que no le perdonaron los campesinos, quienes querían depender
directamente del rey.
Tras el fallo favorable del pleito de
Carriedo, decidieron apelar a la monarquía, los valles de Alfoz de Lloredo,
Cabezón, Cabuérniga, Camargo, Cayón, Penagos, Piélagos, Reocín y Villaescusa. El pleito
comenzó en 1438 y terminó en 1581. Se trató de una serie de pleitos en que
primeramente fueron ganados por el poder señorial, pero finalmente se inclinó a
favor de los valles. La devolución de los valles a la corona castellana, mermó
el poder señorial en la zona. Siendo muy bien visto por la corona, que
pretendía recuperar el poder en la zona norte.
La ermita de San Antonio Abad en La
Abadilla de Cayón, tuvo gran importancia en estos acontecimientos, ya que en
ella se reunían los miembros del concejo para tomar toda clase de decisiones
comunales, así como lo que se refería a las relaciones con los “señores” o
representantes del rey.
En 1630 Felipe IV otorgó a la provincia
de los Nueve Valles el privilegio de regirse por alcaldes ordinarios.
Gilda Ruiloba.
MOLINOS
HARINEROS EN EL REAL VALLE DE CAYÓN
Según mis investigaciones la industria de los molinos
harineros proliferó mucho a mediados del siglo XVIII en el valle de Cayón, así
como en toda la geografía rural de la provincia. Se construían sobre ríos o
riachuelos de agua dulce. Eran ingenios hidráulicos generalmente de tipo
rodezno, es decir, de rueda horizontal. Este tipo de molinos fueron los más
utilizados en Cantabria debido a la configuración de los ríos que permite
aprovechar la energía hidráulica para moler el grano.
En el valle de Cayón estos molinos
llegaron a ser muy numerosos debido a que es rico en agua dulce, contando con
el río Pisueña y su afluente el Suscuaja además de numerosos riachuelos. Estos
molinos fueron elementos imprescindibles en la economía de la época, así como
lugar de reunión y encuentro para los vecinos.
En el valle de Cayón podemos encontrar
los molinos llamados de “Pedro el Vigilante” en Ruda. El de “Cantera” el de
“Cilio” en el barrio de la Hoz de Santa María de Cayón, otro conocido como “El
Molino Caído” detrás de la Iglesia, a continuación “El molino del Puente”,
ambos también en Santa María. En La Encina estaba el “Molino de Torrentero” en
el río Suscuaja y el de “Ruedas” en el río “Pisueña”. En La Penilla existió el
molino llamado de “Gregorio Cuesta”, cerca de Argomilla. En la mies de Riaño,
sitio de Las Ventas, existió otro llamado “Molino de Concejo”. En San Román
hubo otro llamado “Molino del tío Miguel” y en Pico Peña uno más de la “Casa
Arenal” así como también en San Román el “Molino de Riniro” propiedad de la
casa Ceballos que data del año 1684.
Y aprovechando las aguas que derraman
las montañas que protegen este valle, existió en Esles el “Molino de Parayas”
que pasados los años se convirtió en salto de agua que producía energía
eléctrica. Siguiendo estas aguas, llamadas del río Parayas, hubo otro molino
harinero propiedad de D. Nicolás González Camino. Entre Esles y Lloreda molía
otro de Dña. Mauricia Laso. En el sitio de Puente Hilario molió otra industria
de este tipo y en el lugar de La Herrería hubo otro más de la familia Rapado
Gutiérrez.
En Lloreda estaban “El molino del Valle”
en el barrio de este nombre, propiedad de D. Casimiro García Gutiérrez. En
Rucabío del pueblo de Totero y próximo al Callejón de los lobos, hubo otro más
de D. Martín Ruiz. En el barrio de Bascoña, del pueblo de Lloreda, está “El
molino de Fernandón” y seguido había otro que regentaba una mujer. Después está
“El molino de Pizcón” y ya en La Abadilla hubo otro llamado “Molino de Arzón”
de la casa Arenal.
Gilda Ruiloba
domingo, 25 de marzo de 2018
LA ABADILLA DE CAYÓN
(Historia resumida)
LA ABADILLA DE CAYÓN
La Abadilla es uno de los nueve pueblos
que forman el Ayuntamiento de Santa María de Cayón. Este pueblo está dividido
en dos por la carretera Guarnizo-Selaya. A su vez está abrazada entre dos ríos El Pisueña y su afluente El Suscuaja. Al pasar por su carretera general podemos observar la belleza de sus casonas que nos llevan a imaginar la
benevolencia económica de la que gozaron sus propietarios. Son hermosas casonas, unas palaciegas o indianas y otras montañesas, en su mayoría de piedra y muchas con sus
escudos heráldicos que nos confirman la importancia que tuvieron dichas
familias en épocas no demasiado lejanas.
Este pueblo toma su nombre de una antigua
“Abadía” de monjes que estaba situada muy cerca de la iglesia parroquial de San
Esteban Protomártir, en las casas que ocuparon Domingo Pérez y su familia. Así
como Angelita y otros. De todas estas casas solo una queda en pie, muy bien
reformada.
También se dice que su nombre se debe en que
al estar entre dos ríos los vecinos vadeaban los ríos. Pero según mis estudios
todo me hace pensar que la primera opción es la correcta.
Junto a la iglesia se encontraba el
antiguo cementerio. En su iglesia
perduran hoy las cuatro columnas y arcadas que sostienen el templo. En su
sacristía existen un “aguamanil” cuyas piedras están fechadas en 1699 (MDCIC).
En el portal de la iglesia se encuentra introducido en la pared un Cristo de
piedra muy estropeado en cuya peana lleva inscrita la leyenda “ MIRA TU, ALMA
MÍA, A TU REDENTOR, PUES MAS QUE A TU VIDA TE AMÓ ESTE SEÑOR”. La fecha es de
1699.
Varias son las donaciones que vecinos de La
Abadilla han hecho a su templo. Entre ellos podemos encontrar la torre que se
agregó como campanario, donada por D. Leonardo Penagos natural del pueblo y
residente en México, en el año 1.950. Así mismo en el coro hay una forja de
hierro y en su centro lleva tres letras “JGS” y la fecha de 1.889. Esta verja
fue donada por D. José Gutiérrez Sánchez. Notario y escribano de La Abadilla.
Otra benefactora del templo fue Dña. Margarita Gutiérrez Saro que donó en el
año 1889 una imagen de San Roque que podemos encontrar en el altar de la Dolorosa.
En esta iglesia podemos observar también
un antiquísimo reloj sobre piedra de sillería con la fecha del “aguamanil” y el
Cristo de piedra del portal.
Sin duda, el barrio más importante desde
la antigüedad, en La Abadilla, es el barrio de San Antonio. Este, toma su
nombre, de la ermita de San Antonio Abad, Reliquia histórica, que representa la
capilla dentro del patrimonio cultural del valle de Cayón.
Ya se hablaba de esta ermita en los años
cincuenta del siglo XVI en la que con fecha 28 de Junio de 1556, solo 64 años
después del descubrimiento de América, ya se reunían en el interior de su
recinto los vecinos del valle para tomar toda clase de acuerdos para la buena
administración de sus tierras y montes comunales con los “señores” o
representantes del rey (Así consta en un acta del pleito de los Valles).
Alrededor de la ermita se celebraban antiguamente todas las ferias y mercados
de la comarca cayonesa. Tenían lugar un mercado cada mes y ferias en Enero,
(San Antón); en Abril (San Marcos) y en Octubre (San Francisco).
En este mismo barrio se alza una casa
torre del año 1.688 y lleva en su fachada un magnifico escudo adornado de
“lambrequines” y con tres caretas simbólicas. Su “campo” está partido en dos; el
1º lleva una cruz hueca floristeada, el 2º un castillo y a su puerta una sierra
de carpintero; armas de Obregón y Sierra.
En La Abadilla existen otros 12 escudos
nobiliarios, más dos relojes de sol. Uno lleva fecha de 1827 y otro de 1829 y
además este último lleva la siguiente divisa grabada en su piedra “SOLO EL SOL
EL SER ME DA”
Muchos son los avatares que a lo largo
de los tiempos han pasado por este pueblo, entre ellos podemos encontrar las
graves inundaciones del 19 de agosto de 1834 que llegaron a inundar los
portales de las casonas a una altura de 1,60m.
Entre las familias más destacadas del
pueblo podemos encontrar a la familia Saro-Galbán cuyo hijo D. Juan Antonio
Saro Galbán fue el fundador del que es hoy el barrio más importante de La
Abadilla, Sarón que tomó su nombre de
su fundador que así se le conocía por su gran corpulencia. Este hombre de gran
visión de futuro y comercial vio en sus tierras un próspero negocio y sin lugar
a dudas no se equivocó. Fueron trasladados a Sarón para darle más auge, las
ferias y mercados del barrio de San Antonio.
Pero si en algo ha sido muy prodigo
también el pueblo de La Abadilla de Cayón , ha sido en escritores a través de
los tiempos. Así podemos encontrar a D. Carlos Rodriguez Cabello que nació el
15 de enero de 1881. Publicó diversos trabajos médicos como “La
gastroenterostomía”, “Las fracturas del cuello del fémur”, El pronóstico de las
fracturas óseas del niño” y “Las tromboflebitis”. También colaboró en la prensa
local, siempre en defensa de causas nobles. Murió en 1970.
Doña María
Saro Alonso, nació en 1912, escribió dos libros de poesía “La Braña” en 1975 y
“Bajo mi cielo gris”. Murió en 2007.
Don Matías
Sainz Ocejo, nació el 10 de octubre de 1947. Escribió “El amanecer de un día”.
“¿Quién es el culpable?” “Reunión de verano” “Porque pudo ser así”, “cosas del
turismo” y “Preguntando al silencio”, “El dragón de oro”. Murió el 7 de
diciembre de 2001.
Agustín
Sánchez Obregón, nació en La Abadilla el 21 de febrero de 1921, historiador del Valle de Cayón. Murió el 19 de marzo de 2014.
Gilda
Ruiloba Gutiérrez, nació el 28 de febrero de 1958. Ha escrito tres libros “La
casona de Hernán” Libro de 50 poemas y 6 relatos cortos en el año 2016, la
novela “Aniceta” en el año 2017 e "Historia y gentes de un barrio" en 2018, historia sobre el barrio de San Antonio y El Cajigal que comienza en el año 1556 y finaliza en el 2018. Ha colaborado en revistas internacionales de
poesía y en la prensa local con numerosos reportajes sobre Cayón, así como de los oficios, en muchos casos ya desaparecidos, de las gentes de Cantabria y especialmente de los Valles Pasiegos y Trasmiera. Pertenece a la Sociedad Cántabra de Escritores.
Gilda Ruiloba.
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