domingo, 7 de junio de 2020










LLERANA DE SARO
     Recientemente hablaba de la importancia que tuvieron las centrales eléctricas en los Valles Pasiegos, concretamente, la “Casa de Máquinas” de Llerana de Saro. En este valle de Carriedo hubo también otra fábrica de luz la del “Pisueña”. El colegio de los Padres Escolapios de Villacarriedo fue uno de los primeros en disfrutar de estos servicios de electricidad, así como el barrio de Abionzo, muy cercano a la “Casa de Máquinas” de Llerana, siendo ambos, servidos por dicha central. Como anécdota contaré que al ser Abionzo uno de los primeros lugares en el Valle de Carriedo en disfrutar de la energía eléctrica, y al estar este barrio en lo alto de una montaña, los vecinos de los pueblos limítrofes como Villacarriedo y Selaya que se encontraban a sus pies, miraban por las noches con mucha curiosidad y un poco de envidia el chispear de las luces que desde allí se observaban.
     Recientemente, investigando sobre Llerana de Saro, han caído en mis manos unos escritos de Tomás Maza Solano, investigador de las fuentes documentales e historiador y cronista de nuestra provincia, y entre sus trabajos se encuentran el Valle de Carriedo y el de Cayón. Este erudito nació en Guarnizo el 23 de abril de 1893 y nos cuenta la situación de Llerana mediante un documento fechado a 31 de agosto de 1752 y con el lenguaje de esta época. Este documento está escrito bajo juramento de varias personas y es a través de él, que podemos saber con certeza el modo de vida en ese año, y época del siglo XVIII. Existían ciento dos casas habitables, una taberna y varios molinos harineros. Este pueblo lo componían setenta y dos vecinos y entre ellos treinta viudas y solteras. Había treinta y nueve labradores, cuatro hijos y un criado, todos aptos para el trabajo. Contaba con un maestro de latinidad, dos carpinteros, un sastre, dos clérigos, uno de los cuales era cura beneficiado y el otro sin renta fija. Todos los vecinos tenían el estado de hijosdalgo. Este pueblo perteneciente al Valle de Carriedo es de realengo. En cuanto a su territorio nos dice que se necesitan dos horas para andarlo por ser un terreno áspero. En esta época se sembraba trigo, maíz y entre este un puño de alubias y se hacía en años alternativos. Un año de trigo y los dos siguientes de maíz y alubias. También hay prados segadores que producen hierba y en los huertos, entre las casas había árboles frutales, aunque estos no eran muy productivos. Se usaba como medida “por obreros”, cada uno hace ocho carros de tierra y cada carro tiene ochenta y un brazas en cuadro que hacen ciento sesenta y dos varas castellanas. Un celemín de trigo y de alubias valía seis reales y el de maíz cuatro y un coloño de hierba, real y medio.  El ganado existente era vacuno, lanar y de cerda. También había varios pies de colmenas y por cada una de estas consideraban de utilidad seis reales. De todas las cosechas recogidas, así como de las vacas y crías se han de pagar unos impuestos, de los cuales una parte recibirá el Ilmo. Sr. Arzobispo de Burgos, otra el cura beneficiado y la otra la Colegial de la villa de Santander. También han de pagar anualmente al Excmo. Sr. Duque del Infantado cuatrocientos cincuenta reales.

miércoles, 3 de junio de 2020


            











  EL PESEBRE DE LOS POLÍTICOS
     Recuerdo que hace ya unos años, en época electoral, se presentó un miércoles en el Ferial de Torrelavega para hacer campaña, nada menos que el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez. Tras conversar y hacerse ver por nuestros ganaderos con esa sonrisa que le caracterizaba, dialogaba y se interesaba por todo cuanto veía. Su objetivo era como el de todos los políticos, arañar un puñado de votos entre los ganaderos allí presentes. La prensa y medios de comunicación se harían eco de esa visita. Tras las buenas palabras, saludos y sonrisas, el bueno de Suárez se acercó a una ganadera, curtida por el trabajo en el campo y tal vez un poco cansada de tantas promesas electorales por parte de todos los políticos, y ésta le espetó, eso sí, con una sonrisa: “No sé que tiene este pesebre que todos quieren entrar en él”.
     Han pasado muchos años desde ese día en el Ferial de Torrelavega, pero las cosas no han cambiado nada. Todos siguen queriendo comer en ese pesebre. Se pelean, se insultan, tratan de desgastarse unos a otros ante un pueblo hastiado de tanta desvergüenza. Los ciudadanos quieren vivir en paz, tener sus trabajos con los que llevar unos sueldos dignos que les permitan vivir sin sobresaltos, poder vivir tranquilos, compartir con su familia y amigos buenos momentos cuando esta pandemia nos de la libertad para hacerlo. No quieren ver broncas inútiles que a nada llevan, quieren soluciones a los muchos problemas existentes. La mayoría no conoció la guerra ni las dos Españas. Por desgracia quienes la conocieron ya han fallecido y muchos de ellos en esta maldita pandemia, una gran mayoría en esas residencias en las que se les confinó sin tener otra opción. Cerca de veinte mil muertos según los últimos estudios. Ellos se perdonaron e hicieron esta democracia fuerte que hemos disfrutado durante todos estos años, y parece que los políticos actuales se quieren cargar, viendo sus actitudes. España no es de ellos, es del pueblo, ni extrema derecha, ni extrema izquierda, ni partidos de centro. Como leía recientemente “No hay dos Españas, si no tres: La de los unos, la de los otros y la de los que estamos hasta los cojones de los unos y los otros”.
      Estos políticos, nuevos políticos, incapaces de hacer una política de altura en la que primen el trabajo, el bienestar, la seguridad y sobre todo la tranquilidad de los ciudadanos. Están llevando la situación a unos límites de crispación que de seguir así, van a poner en peligro nuestra tan deseada y posteriormente disfrutada democracia. Ninguno tiene la legitimidad de devolvernos a las dos Españas. Los españoles en su momento votamos la democracia, nos abrazamos a ella y hemos luchado con nuestro sudor, con nuestra actitud para hacer una España unida y próspera y no vamos a consentir a ningún mequetrefe, sea de la ideología que sea, que destruya la paz y la prosperidad que tanto nos ha costado conseguir.
                                                       Gilda Ruiloba.
                                                           

sábado, 23 de mayo de 2020






NOCHE MÁGICA 

Noche mágica
noche de Reyes
sueños rotos
ilusiones vivas.

Tras larga espera
por fin la noche soñada.
Padres que se vuelven niños
niños que admiran a sus padres.

Pero, y el mensajero real
¿Habrá él entregado 
la nota de mis sueños?
Paz, amor y amistad.





ROSA

Amiga,
bendigo tu bello nombre
igual al de la rosa.
Quien a la rosa se acerca
con su rica fragancia obsequia.

Más a ti me acerqué 
y por no ser menos 
que la rosa hermosa
obsequiarme quisiste
con tu amistad.

Más la rosa 
rica en inigualable belleza,
espinas tiene para su defensa.
De ahí el dicho;
De la rosa, las espinas.

Pero comprenderse debe
que es autodefensa.
Y en ti Rosa
hallé mi mejor amiga.
Mezcla de tus fragancias y espinas.



jueves, 21 de mayo de 2020












     HAY SIETE CLASES DE ESPAÑOLES

     Como muy bien dijo el novelista vasco Pío Baroja: En España hay siete clases de españoles…si, como los siete pecados capitales. A saber: Los que no saben; Los que no quieren saber; Los que odian el saber; Los que sufren por no saber; Los que aparentan que saben; Los que triunfan sin saber y los que viven gracias a que los demás no saben.
     Estos últimos se llaman a si mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.
     Recientemente y con la crisis del coronavirus hemos podido observar que ciertamente hay estos siete tipos de españoles. Los que no saben y se dejan guiar por los consejos de los entendidos en la materia y procuran seguir las normas a rajatabla. Los que no quieren saber y a pesar de que saben que hay cosas que no pueden hacer las incumplen deliberadamente. Los que odian el saber porque son más papistas que el papa. Los que sufren por no saber, estos temen no hacer bien las cosas y llegan a frustrarse. Los que aparentan saberlo todo y en realidad no saben nada. Los que triunfan sin saber y tratan de convencer a los demás.
      Y por último, están los que viven gracias a que los demás no saben, y aquí se encuentran nuestros políticos, unos nos dicen que tenemos que seguir con el confinamiento porque no podemos contagiarnos, y nos van liberando poco a poco, con medidas estrictas, del aislamiento. Otros por el contrario nos indican que el confinamiento ya no da más de sí, que tenemos que volver a la calle y a nuestros trabajos porque la economía se hunde y con ella nuestro país. Aquí la mayoría de las clases de españoles anteriormente expuestas, se hacen un cacao mental. ¿Salimos o nos quedamos en casa? Porque claro, si nuestros políticos que son los encargados de decidir en los asuntos trascendentales, como los que nos ocupan en estos momentos, no se ponen de acuerdo ¿qué hacemos? ¿salimos o no salimos? Hasta ahora los estudios de seroprevalencia están muy lejos de llegar al sesenta o setenta por ciento, para conseguir la inmunidad de rebaño tan deseada. Y la media en España ronda el cinco por ciento y en Cantabria el tres con dos por ciento. Desde las últimas leyes que relajan las salidas de los niños ya se han dado varios casos de enfermedades relacionadas con el coronavirus. En Estados Unidos el repunte de esta enfermedad ha crecido y los casos de muertes en menores está aumentando. El Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico o PMIS (siglas en inglés) manifiestan síntomas parecidos al síndrome del shock tóxico o la enfermedad de Kawasaki que causan inflamaciones muy severas en las arterias coronarias. Sus síntomas son: fiebre muy alta, dolor abdominal y presión sanguínea baja.
     Ahora ha empezado la desescalada de los adultos que por cierto, la mayoría no está siguiendo las normas y hacen lo que les viene en gana, con lo cual comenzarán los repuntes e ingresos en los hospitales.
     Nuestros políticos siguen en su tira y afloja, unos quieren seguir con el confinamiento más relajado y otros por el contrario van a votar que no. Los españoles estamos confundidos, unos dicen que lo primero es salvar las vidas y otros la economía. Ellos en momentos tan difíciles son incapaces de ponerse de acuerdo y unirse por el bien de los ciudadanos. Cada semana las diferencias son mayores y nosotros, esas seis clases de españoles, según Pío Baroja, porque dejo fuera a la clase séptima, no sabemos qué hacer y a quien prestar mayor atención. En fin, creo que lo que no sabemos en realidad, es lo que vamos a hacer con todos estos políticos, que por cierto, cada día son más, la economía se ha resentido, pero ellos lejos de recortar tanto en personal como en sueldos, ahí siguen, creciendo en número y aumentando sus retribuciones. Este parece el país de Jauja.
                                                                      Gilda Ruiloba

    
 
    
    
    

miércoles, 20 de mayo de 2020


















           EL CLAMOR DE LA DESESPERACIÓN
     Recientemente leía una nota desgarradora, llena de desesperación ante la pérdida total de la esperanza, de la confianza en las instituciones y en el gobierno al que había votado con gran ilusión, esperando cambios y mejoras para los trabajadores. Una devolución de los derechos perdidos con la reforma laboral del 2012, algo que prometieron por activa y pasiva, según su carta.
     Pero cuando la pobreza entra por la puerta, la seguridad y la confianza salen por la ventana.
     En esta desgarradora misiva se decía que llevaba en un ERTE desde hace dos meses, cuando comenzó la crisis del coronavirus en España y aún no había cobrado nada. No es un caso aislado ya que aproximadamente 900.000 trabajadores se encuentran en la misma situación. Los gastos siguen viniendo cada mes, hipoteca, agua, luz, teléfono, gastos de escalera, comida, medicinas y recibos varios, relacionados con los vehículos y la vivienda, cada mes llegan los gastos a una cuenta sin fondos, con lo que se generan nuevas deudas, esta vez bancarias. La desesperanza y el nerviosismo ante la incertidumbre, la llevaban a una situación de depresión y desesperación. Todo había cambiado de un día para otro, de tener un trabajo fijo, estable, aunque no demasiado bien remunerado, pues por desgracia los sueldos de los trabajadores en España son los que son, después de la tan famosa, así como odiada reforma laboral, en la que tener una jornada de ocho horas es utopía, apenas los más antiguos gozan de este privilegio, pero también ellos son despedidos allá cuando rondan los 52 años. Y así esta España nuestra en la que los jóvenes no encuentran trabajo, y si lo consiguen, es totalmente precario, de cuatro o seis horas en el mejor de los casos.  Y ahora todo esto se ha juntado con la crisis de la COVID-19 y por si fuera poco la mayoría de los trabajadores se han visto dentro de un ERTE en el que un alto porcentaje no ha cobrado. Día a día, vemos aumentar las colas de la pobreza, que esperemos sean temporales, como los ERTES. El nerviosismo reflejado en esta nota era muy grande, un no saber que hacer ante la impotencia de no poder hacer nada. En Cantabria ya hay que ir a pasar la ITV, hay que comprar obligatoriamente las mascarillas que durante el mayor pico del coronavirus no eran necesarias, pero que ahora te sancionarán si no las llevas. Y así los gastos siguen creciendo, las ITV se juntarán unas con otras, pues en la tarjeta seguirán respetándose la fecha inicial, la que correspondía antes de la pandemia, no importa que el vehículo haya pasado la revisión más tarde, por obligación, y por este motivo no llegará a la fecha reglamentaria, lo importante, es pasar por caja. Y así los gastos crecen y crecen, ante unas cuentas vaciadas. En el mejor de los casos, muchos trabajadores pasada esta crisis, volverán a sus puestos, harán malabarismo y seguirán sus vidas. Pero por desgracia, muchos se quedarán sin sus trabajos y sus voces desgarradoras tratarán de ser oídas allá donde debieran ser escuchadas.
                                             Gilda Ruiloba.


  







                  
ELEGÍA A GEMA REBOLLEDO


GEMA REBOLLEDO

La estrella que regresó a su cielo
Y en la tierra brilló con luz propia
Amó, soñó, vivió y luchó.

Con tus ojos verdes
Como el peridoto de Cachemira
Gema noble como tú.

Que en sus reflejos amarillos
Y dorados
Acarició plenos de dulzura

Con sus rasgos de humanidad
Destellos de afabilidad
Y llenos de bondad.

Y con tus abrazos nos envolvías
Parando el tiempo, sin prisas
Haciéndonos sentir tu calidez.

Gema, rapsoda inigualable
Aedo que como en la antigua Grecia
Gustabas recitar tus propios poemas.

Y es entre estos viejos muros
De la Casa del Patriarca
Donde tanto disfrutaste

Donde nos hiciste volar, soñar
Con tus bellos poemas
Salidos de tu más profundo yo

Y es aquí, en tu Casa del Patriarca,
En nuestra Casa del Patriarca,
Donde sentimos tu presencia

Pues somos conscientes
Que es aquí,
Donde deseabas estar hoy.

Gema, amiga, compañera,
Nos dejaste una lección de vida
Antes de partir a tu cielo de estrellas.

Quisiera traerte de vuelta
Arrancarte de tu cielo de estrellas
Que aún hay mucho por escribir, compañera.

Que queda mucho por recitar, compañera
Compañera del alma,
Mi rapsoda querida.
                                   Gilda Ruiloba.